》VIII《

22 3 6
                                    

"Necesito el contexto."

"No es un mago... Es un hechicero."

"Wanda es como una hija para mi, no quiero verla sufrir..."

"Nunca me atrevería a hacerle daño... Prefiero morirme mil veces antes de verla mal por algo que yo le haya hecho.


Ambos estuvieron en el Santuario aproximadamente una hora.

Creían que si esperaban un rato, en el complejo todos se calmaría y que todos asimilarian todo.

Estaban acostados sobre el sofá, mientras que ella tenía su cabeza sobre su pecho.

—Pietro va a matarme... —Suspiró Stephen.

—Tal vez, pero yo creo que Clint lo hará primero.

—Que gran apoyo resultaste ser, Brujita.

Por supuesto. —Sonrió la ojiverde. —¿Quién crees que llegue a llenarme de preguntas primero?

—Yelena se burlará de ti, Natasha ira como toda chismosa y te dirá: "Necesito el contexto.", Pietro le dirá que tiene que hablar algo contigo.

—Mientras Yelena no diga nada fuera de lugar todo bien.

—Oh, te aseguro que ella será la primera que dirá algo para hacernos pasar vergüenza y Tony le seguirá el juego.

—Me voy a morir... —Murmuró mientras se escondía en su pecho.

—¿Qué te parece si adelantamos nuestra muerte y vamos ahora al complejo? —Preguntó mientras acariciaba el cabello de la castaña.

—Sí, con eso nos quitamos un peso de encima. —Respondió mientras se levantaba.

Él imitó su acción y se paró junto a ella. Abrió un portal en la habitación de Wanda, ambos lo cruzaron y cerró el portal. Stephen iba a abrir la puerta pero Wanda lo detuvo.

—¿Qué vamos a hacer?

—Eh, ¿Salir?

La sokoviana frunció el ceño.

—Eso es obvio. ¿Qué haremos cuando salgamos?

—Buena pregunta... Que cada uno vaya por su lado, así todos notarán nuestra presencia de a poco y será más lento todo.

—¿Seguro?

—Sí. —Respondió, aunque él sabía que pasaría todo lo contrario.

Cuando salieron y caminaron por el pasillo hacia la sala de estar, donde estaban todos. Antes de entrar a esta Wanda volvió a frenar.

—Entra tu primero. —Se mordió el labio.

—De eso nada, tu vienes conmigo. —Tomó su mano.

—¡No! Piedra, papel o tijera, el que pierda entra primero.

—Me parece algo tonto.

—El primero que entre pasará más vergüenza. —Aclaró ella.

—Bien, estoy de acuerdo.

Cada uno escondió su mano tras su espalda.

—Dale, uno, dos...

—¡Wanda!

—¡Strange!

—Mierda... —Susurró el hechicero.

—No digas eso.

𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐚𝐬 𝐍𝐨𝐜𝐭𝐮𝐫𝐧𝐚𝐬 - ꜱᴄᴀʀʟᴇᴛꜱᴛʀᴀɴɢᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora