》II《

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"¡No es cierto! ¿¡Cómo puedes ser feliz sin tener vida social!?"


Habian pasado tres meses desde la noche en la que subieron al techo.

Ambos habían empezado a forjar una amistad, se había vuelto ya una rutina subir al techo para hablar.

Stephen había tenido un día bastante largo y agitado. En la mañana tuvieron una misión de última hora, después hubieron algunos problemas en Kamar-Taj y a eso sumándole que al día siguiente tendría el examen de fin de siclo, y no había podido estudiar nada.

Se lanzó en la cama mirando el techo, luego desvió la vista a su mesita de noche encontrándose con una nota.

<<Búscame donde siempre, te tengo una sorpresa.

                                             W.M ♥︎>>


Inconscientemente una sonrisa se formó en su rostro, rápidamente tomó su chaqueta y buscó una manta. Olvidando por completo que tenia que estudiar para el día siguiente.

Subió al techo encontrando a Wanda sentada en el suelo con un libro en sus manos, su sonrisa creció sin darse cuenta. Había algo de lo que él aún no se daba cuenta.

—Bueno, me parece que estas bien aquí sola.

Ella se levantó de golpe, y lo saludo con la mano.

Empezaba a creer que me dejarías aquí. —Se burló.

Nunca lo haría. —Stephen la miro con una pequeña sonrisa. —Toma, hace frío. —Le tendió la manta que había traído para ella.

Wanda la acepto gustosa, sinceramente se estaba muriendo de frío.

—No se cuantas veces tengo que decirte que te abrigues bien.

—Bueno, cuando subí no había tanto frío.

—¿Cuanto llevas aquí?

Pensó un poco. —Unas... tres horas aproximadamente.

Sus ojos se abrieron al escucharla. ¡Llevaba 3 horas ahí arriba!

—Dime que comiste algo, por favor.

Ella ladea su cabeza divertida.

El ojiazul tuvo que reprimir una sonrisa con dificultad, con Wanda se le era imposible mostrarse duro.

¿¡Wanda me estás diciendo que no has comido nada!?

—Ya, cálmate. Sí, no he comido nada aún pero... Tengo mis razones.

Él alzó una ceja, sin creerle. —¿Ah, sí?

Ella asintió.

—¿Entonces cuales son esas razones? —Se cruzó de brazos.

A pesar de que a Wanda le divertía, no estaba muy segura de la reacción de él cuando le dijera.

—Te esperé para comer. —Soltó de golpe dejando a Stephen sorprendido. —Pietro trajo comida china y no quería que comieras solo, porque sabía que llegarías tarde. —Sonrió nerviosamente.

El ojiazul no se lo esperaba, Wanda lo había esperado hasta las diez de la noche para cenar con él.

¿Me perdonas? —Ella jugo con sus dedos nerviosamente.

¿Por qué le pedía disculpas? Bueno la Sokoviana aveces tenia el mal hábito de no comer. Desde que Stephen se enteró la ha obligado a comer cada que ella se opone. Logrando así algo que a su mellizo se le ha dificultado siempre.

𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐚𝐬 𝐍𝐨𝐜𝐭𝐮𝐫𝐧𝐚𝐬 - ꜱᴄᴀʀʟᴇᴛꜱᴛʀᴀɴɢᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora