Un acalorado reencuentro

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Este es un HuaLian explícito , +R18. Ir con precaución.

Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice mientras escribí a cada línea de este capítulo.

La ilustración le pertenece a lanawaay en X.

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El trío cruzó una matriz de acortamiento de distancias la cual se conectó con un lugar al que el taoísta no se había atrevido a regresar en todo el transcurso de su vida en el mundo mortal. Estaba diferente, aunque permanecía su belleza natural en cada árbol, en cada hoja y en cada flor que veía mientras caminaba por un sendero lleno de hojas de arce caídas de los árboles. El espectáculo de hojas cayendo al son del viento era simplemente hermoso y Xie Lian no dejaba de mirarlas encandilado. El Príncipe todavía sentía los estragos del vino ingerido, pero no fue lo suficiente como para dejar de admirar su armoniosa majestuosidad.

—¿Dónde estamos? Tengo la impresión de haber estado aquí en algún momento de mi vida —El oficial de blanco preguntó con mucha curiosidad.
—Ya pronto lo sabrás —Feng Xin respondió.

Cuando Xie Lian bajó la mirada, se tambaleó pero fue tomado por sus exsubordinados uno de cada brazo. Sus ojos se entrecerraron en el momento en que vio un templo edificado en el lugar. Era bellísimo. Lucía como si recientemente hubiera sido construido. La entrada al recinto era un arco que le daba la bienvenida, edificada sobre una base de cuatro columnas rojas, una al costado de la otra. Tenía un doble techo curvo, uno más pequeño que el otro y con un tejado de color verde pino por arriba y de color rojo granate por debajo. Se podía ver delante de ella una placa que aún no contaba con un nombre. Aquello le llamó poderosamente la atención. Su Alteza y compañía cruzaron dicho arco con lentitud, al paso del ebrio dios, y siguieron andando por un camino empedrado en cuyos lados se podían ver más árboles de arce muy cuidados y frondosos.

Unos pocos metros después, los tres oficiales llegaron al frontis de la edificación. Se pararon delante de la puerta de dos hojas en forma de arco y las columnas de sus dos extremos estaban talladas finamente en alto relieve con flores, hojas y ondas que daban la sensación de movimientos perfectos del aire y de brazos danzantes. Se veían unos grandes ventanales que dejaban pasar los rayos de luz a través de ellas para iluminar su interior y el esplendoroso techo con tejado curvo de cuatro lados con los mismos colores que el arco que dejaron atrás.

Xie Lian abrió la puerta con un ligero empujón pero necesitó ayuda de sus pares. El interior del templo era impresionante, las paredes habían sido pintadas con colores alegres y claros, para beneplácito suyo, se alzaban varias columnas enchapadas con madera talladas con la misma temática del arco y, en medio de él, se podía ver un altar con una pequeña pero hermosa estatua del Príncipe Heredero que Complació a los Dioses, con ofrendas e inciensos recientemente encendidos. El piso cerca al altar y alrededores estaban cubiertos por una finísima alfombra aperlada de terciopelo y a los lados de la misma se mantenían de pie un par de exquisitas vasijas largas con detalles de mariposas y hojas de arce. En el fondo del edificio se podían ver un par de puertas que colindaban con otros espacios.

"Todo este lugar es tan hermoso y exquisitamente bien hecho. ¿Quién me rezará aquí?"

—Aún no comprendo por qué estamos aquí. ¿Es un palacio para rezarme? ¿Y los adoradores?

—Pareciera que alguien se ha esmerado aquí para adorarte apropiadamente, Xie Lian —comentó Mu Qing volteando sus ojos.

El oficial asintió con la cabeza y un rubor rosa apareció en su rostro fino y blanco.

—Qué suave se siente esta alfombra —murmuró el dios marcial. Su cuerpo se tambaleaba pero se esforzó por acariciarla y sentir su delicadeza al tacto de las plantas de sus pies delicados y níveos. —Oh, mis pies y mi ropaje están llenos de arena de mar —continúo lamentándose —este lugar tan hermoso se estropeará.

Un Cumpleaños diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora