El regalo más preciado

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Nota del autor 1:
Antes de empezar a leer, quiero agradecer a @Duplica_Bishop, una excelente ficker, por permitirme tomar su genial idea al mencionar que su amado Shi Qingxuan (♥) comenzó a convivir con unos vagabundos después de volverse mortal. Yo también creo que pasó así. ¡Gracias y síganla las que no han tenido el placer de leer sus historias!

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Hua Cheng y Xie Lian ingresaron juntos a una gran habitación. Ni bien el taoísta puso los pies dentro del lugar, quedó sorprendido por su amplitud y belleza.

"¡Esta es la bañera más grande que he visto en toda mi vida!"

—San Lang, ¿no crees que esta bañera es demasiado grande para los dos?

—No debe preocuparse por ese pequeño detalle, Gege. Lo que más deseo es complacerlo y que se sienta lo más cómodo posible. ¿No le gusta?

—¡Claro que sí, San Lang!

"Solo que es muy ostentosa para mí".

—El día en que tomé un baño en el nuevo palacio de Xian Le, cuando Jun Wu ordenó dejarme encerrado en él, no pude disfrutarlo por completo.

El Rey Fantasma invitó a su adorado esposo a ingresar a la bañera y se sentó detrás de Xie Lian, a quien comenzó a lavar sus hombros y su espalda.

—Ahora puede tomar un baño relajante a sus anchas. Tómese su tiempo, gege.

—Gracias, San Lang, aunque será en otro momento. Hay mucho de qué conversar.

—Por supuesto. Será cuando salgamos, pero no se apure tanto. Debe lavarse bien.

Con esas últimas palabras, Xie Lian recordó el motivo por el cual estaban precisamente en ese lugar. Sus mejillas se tornaron rosadas.

—Claro, S-San Lang. No lo he olvidado.

La bañera era muy amplia, parecía una lujosa piscina y, alrededor de ella, se podían ver algunas velas aromáticas de lavanda encendidas y la tarde era propicia para que las luces del brillante sol ingresen en diagonal por un par de ventanales elevados que les daban suficiente privacidad. Las paredes empedradas denotaban un toque rústico pero elegante al lugar y una cascadita se abría paso entre algunas rocas y la cual caía muy cerca de los pies níveos del dios marcial, formando un pequeño círculo burbujeante y bastante cosquilleante. El dueño de Ciudad Fantasma observaba embelesado esos hermosos pies que jugueteaban con las burbujas dentro de la piscina. Dentro de un empotre en una pared cercana a los esposos, se habían colocado sales de baño con aromas de manzanilla y tilo, así como aceites de lavanda y romero para untarlos sobre la piel. Toallas blancas y unos peines de bambú habían sido colocados dentro de una bandeja de madera a la mano de ambos para el secado del cuerpo y del cabello, así como su cepillado. En otra bandeja, se habían dejado listos un par de jabones artesanales con aromas de eucalipto y citronela para convertir la bañera en un lugar lleno de burbujas muy relajantes. Y en una última bandeja larga, reposaban un par de batas blancas.

—Ah, gege. Su bella espalda es muy encantadora —el supremo le susurraba dichas palabras al oído mientras bajaba una esponja llena de espuma hasta la altura de la cintura de su esposo.

—San Lang, ¿qué haces? ¿Aún deseas más después de...?

El supremo de rojo tomó la barbilla del taoísta de blanco y le robó un pequeño y dulce beso.

—Mi esposo es muy tentador. Siempre deseo más de usted.

—¡San Lang! Eres incorregible...

Hua Cheng soltó una suave carcajada y se aferró a su esposo discretamente abrazando, pegando bien su torso desnudo a la espalda de Xie Lian, lo que provocó en él un pequeño sobresalto. Luego le dio un pequeño beso en la espalda y lo dejó asearse.

Un Cumpleaños diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora