Prólogo.

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Tokio, año 2006

En una cafetería en Tokio se podía escuchar la vida cotidiana de las personas, los autos pitando, los pasos apresurados, los gritos y las risas. Todo lo podía observar desde la ventana de su mesa, que era lugar en donde siempre se sentaba para hacer eso “Mirar”. La música pop de los años ochenta llenaba sus oídos. La chica solamente soltó un suspiro para retomar su lectura. 

Las letras y los mundos mágicos son lo único que la hacía olvidar lo cruel que podía ser esta vida. Sin embargo, algo hizo levantar la mirada al sentir una presencia al lado suyo; grande fue su sorpresa al notar a un chico, no mucho mayor que ella, extremadamente alto a simple vista y, a decir verdad, el pobre era demasiado flacucho. Pero tenía que admitir algo. “Es guapo” y su presencia no se podía pasar desapercibida por nadie. 

Los labios del chico de cabello blanco como la nieve se movía con rapidez. ¿Qué le estaba diciendo? ¿Acaso no notó que tenía unos audífonos puestos? ¿Debería quitarse los audífonos? Ni siquiera la conoce y él habla con tanta confianza.

—¿Me estás escuchando? 

Le parecía algo inusual que el joven usara gafas de sol dentro de una cafetería. ¿Será un posible loco en potencia? La chica de ojos dorados es de esa clase de personas que constantemente se perdía en su mente.  

—¿Te sucede algo, linda?— El joven bajo sus gafas oscuras y redondas— porque he hablado durante 20 minutos y no me has dicho nada. 

Se quedó sin respiración en el momento en que sus ojos conectaron con los de él; son los ojos más terroríficos que había visto en su corta vida. De un azul tan claro como el mismísimo mar, que podía ser hermoso, pero a la vez peligroso; además, se veía reflejada en ellos. Poseía diversas tonalidades de… ¿Turquesa? No lo sabía con exactitud. Solo tenía la sensación de temor, invadiendo su cuerpo, tanto así que sus pies se quedaron en el piso y los vellos de su piel se erizaron. 

—¡Oh…! Ya veo mi belleza, te dejo sin palabras —alardeó con una sonrisa arrogante en sus labios—. Me pasa muy seguido. 

Más que eso, la había dejado con miedo. Sacudió la cabeza, provocando que su cabello se moviera bruscamente. 

—No es eso yo… 

Intento explicarse, pero el adolescente comenzó a decir unas estupideces como: Es normal que las chicas se queden paralizadas al verme, ella solo arrugó la nariz irritada, preguntándose en qué momento cerraba la boca. Lo único que sabía era decir: Yo, yo, y yo. 

—El fin… Te concederé el deseo de muchas mujeres de pasar una cita conmigo.— Cruzó sus piernas alargadas, apoyando su puño en la palma de su mano—. Te aseguro que pasaremos una muy buena cita que tal vez termine en algo más, eso ya depende de ti. 

Los aires egocéntricos del hombre no le gustaban para nada, le recordaba a “él”. La muchacha negó despacio para recoger sus cosas con cuidado en su mochila. 

—Miré, la verdad es que no me interesa —habló colocándose el bolso en sus hombros—. No me gusta juzgar a las personas, pero parece que es de esa clase de hombre que le gusta jugar con los sentimientos de las chicas para alimentar su ego. Por esa razón se lo diré directamente: Pierde su tiempo conmigo; si desea diversión, puede irse a buscarla en otra parte.

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Satoru Gojo, siempre obtuvo todo lo que deseo desde muy pequeño. Él era el prodigio de los seis ojos y, además, pertenecía a una de las familias más poderosas del mundo de la brujería. El sentimiento de ser rechazado por una chica normal le generaba un malestar en el estómago. 

—¡Suguru! Pellizcame ¡esto debe ser una pesadilla!— suspiró el de cabellos blancos dejándose caer dramáticamente—. ¡Dime que esto no es real! Seguramente la pobre es ciega.

Suguru Geto, rodeó los ojos metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Su mejor amigo es el rey del drama. 

—¿No crees que exageras?

Preguntó, encorvando un poco su espalda, caminando con el poseedor de los seis ojos detrás de él, mientras seguía quejándose. ¡Dios! Si seguía hablando, juraba que le iba a meter un puño en su rostro para que se callara. 

Ambos hechiceros de grado especial estaban caminando por el andén de la calle, habían terminado una de sus misiones, pero el caprichoso de Gojo Satoru le dio hambre y tuvieron que parar en una cafetería para que el prodigio de los seis ojos saciara su apetito. No obstante, algo increíble pasó y es que una no hechicera rechazó al prodigio del mundo del jujutsu. 

—¡Ósea! ¿Qué le pasa a esa chica? Soy guapo, poderoso… —comenzó a nombrar sus cualidades contándolas con sus dedos—. Un amor de persona, hay que agregar. 

—Un golpe duro para tu ego—comentó el muchacho de cabello negro y ojos ámber—. Satoru ya supéralo. 

Satoru Gojo arrugó su nariz un poco molesto. ¿Superarlo? Una chica común lo rechazó. ¡A él! El mejor hechicero de todo el puto planeta, para Suguru es fácil, porque él era uno de los chamanes con más popularidad con las mujeres. ¿Por qué? Él es más simpático y tenía más carisma que su mejor amigo. 

—Lo dice don humilde—comentó con veneno—. ¿Cómo te dicen las chicas de primero?—se tocó la barbilla pensativo—. ¡Ay sí! Senpai—agudizó su tono de voz de una forma desesperante, mientras juntaba sus manos y las pegaba a su pecho, adoptando una expresión femenina—. ¡Mi dulce Senpai! Eres tan delicioso como un caramelo. ¿Quieres salir conmigo? 

Suguru se detuvo con una mueca de asco.

— ¡Idiota! ¡Estas enfermo!

El chico de gafas oscuras soltó una carcajada enderezando su postura que estaba un poco encorvada. Ya estaba cansado de que su ego estuviera herido por una insignificante chica. Después de todo es Satoru Gojo el usuario de la brujería del infinito y ninguna mujer en este mundo se resiste a sus encantos. Con esa idea de sus labios salió una melodía de una canción infantil que había escuchado en la televisión. 

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Nota:

¡Hola! No sé si alguien va a leer está historia, pero honestamente me emociona compartir algo sobre Gojo Satoru, porque es uno de mis personajes favoritos y lo amo. El fin, para las personas que leen esto, solo quiero agradecerles por tomarse el tiempo. Sí, les gusta, por favor, me pueden regalar una estrellita y un comentario para animarme a seguir escribiendo. 

Ohhhh… Se me olvidaba comentar que la T/N de esta historia, será de un país latinoamericano y tendrá un carácter demasiado fuerte. Satoru tendrá que esforzarse mucho para poder llegar a enamorarla. 

También pido disculpas por las faltas ortográficas, estas se irán corrigiendo cuando termine la historia. 

Ámame║Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora