𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 🪐༘⋆
La vida de Amelie cambiará cuando
sus padres deciden mudarse a un
pequeño pueblo llamado: 𝗕𝗘𝗔𝗖𝗢𝗡
𝗛𝗜𝗟𝗟𝗦, ella cree que tendrá una vida
normal hasta que se ve involucrada en
un grupo de sobrenaturales que mataría...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
OBSESSION chapter eight
Amelie comía de su cena con la mirada fija en el plato, su mente seguía reproduciendo esa terrible escena en la casa de Scott, el ahora estaba en el hospital junto a su madre.
—Cariño, ¿qué sucede?— su madre puso una de sus manos encima de la de su hija con preocupación.
Amelie se aclaró la garganta —Estoy bien, madre.
La razón de porque Amelie estaba así es ya que no quería que sus padres se involucraran en lo sobrenatural, podrían salir heridos y eso la destrozaría por completo.
Sarah rodeó los ojos sin creerle a su hermana, la había visto llegar con una venda cubriendo su brazo.
—¿Y la venda en tu brazo?— decidió enfrentarla para que de una vez le dijera qué demonios pasaba.
Amelie apretó los labios sintiéndose ligeramente nerviosa, ella creía haber escondido bien su brazo, al parecer no lo hizo bien.
—Me caí— mintió con una sonrisa tensa en el rostro.
—No te creo.
—No necesito de tu aprobación.
—¡Niñas!— reprendió su madre —Miren, se que quieres proteger a tu hermana pero debes darle su espacio— se dirigió hacia Sarah —Y tú debes abrirte más hacia nosotros, somos familia— ahora se dirigió hacia Amelie.
—Si, madre— dijeron al unísono.
—Debo ir a mi habitación— se levantó con pesadez de la mesa llevando su plato a la cocina, subió hacia su habitación encerrándose.
Ya dentro comenzó a respirar agitadamente, reposó sus manos sobre su tocador tratando de regular su respiración. Elevó su cabeza mirándose en el espejo, su cara demostraba cansancio, tenía unas inmensas ganas de llorar.
—¿Amelie?
La chica se giró desconcertada al escuchar una voz detrás de ella —¿Hola?— preguntó temerosa dando una mirada cautelosa a toda su habitación.
—Amelie.
—Esto no es gracioso— reclamó, su mirada se detuvo en sus cortinas donde parecía que una persona se escondía detrás de ellas.
Tomó unas tijeras que se encontraban en su escritorio, y comenzó a caminar a paso lento hacia las cortinas. Sentía que su corazón en algún momento iba a salirse de su pecho.
Se detuvo frente a ella elevando las tijeras, con su mano libre jaló la cortina. Sus ojos se abrieron al no ver a nadie.
—Dios, debo estar volviéndome loca.
Dejo las tijeras en su lugar volviéndose a mirar en el espejo. Su respiración se atascó al ver una persona detrás de ella cubierta de sangre, la estaba mirando con ojos rojos que parecían devorarla con la mirada.
