Que tu destinado se transforme en tu amigo y no el alfa por quien enamorarse, es un evento cómico en la vida de Jimin. Pero cuando ve aquel alfa de pelo negro sentado en el sillón de su casa; caer por amor empieza a sonar muy tentador.
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No puedo creer que el alfa frente mío me hace querer enterrar el tenedor que tengo entre mis dedos en su cuello, y al mismo tiempo, salir corriendo de la cafetería, lo más lejos posible de él. Más aún, cuando la sonrisilla de Jungkook se vuelve decididamente amplia.
—Y ¿no te parece cómico?
—¿Qué mi papá sea pastelero y mi aroma sea a galletas? —Él confirma con un murmullo— No... —Frunzo el ceño—. Ahora que lo dices, nunca me había puesto a pensar en eso.
En vez de enterrar el tenedor en él, parto una gran porción de mis waffles.
—Me gusta.
Me detengo de masticar y mi corazón se vuelve loco contra mi pecho. Quiero levantar la cabeza para verlo y apreciar su mirada, pero abstraigo, concentrándome en el plato.
—Oh, cállate —ordeno con la boca llena.
Jungkook ríe su risa resonando por la pequeña cafetería mientras sigo comiendo. Contra mi voluntad, mis mejillas arden, y me esfuerzo por mantener la mirada fija en mi plato, evitando cualquier contacto visual que pudiera delatarme.
He descubierto algo que no me gusta. Los momentos en los que Jungkook se refiere a mí son siempre un choque a mi sistema, alterándome, como si estuviera patinando sobre hielo, tratando de mantener el equilibrio. Lo odio.
—¿No crees que las galletas van bien con el chocolate amargo?
De inmediato, alzo la cabeza, encontrándome con una chispa juguetona en sus ojos. Está jugando. Claro que está jugando. Sé que está jugando. Pero mi lobo, al parecer, no sabe que está jugando cuando se libera una oleada de mi olor.
Jungkook eleva una de sus comisuras satisfecho. Ruedo los ojos, frustrado.
—Me he dado cuenta de algo —digo, en busca de cambiar la dirección de la conversación a un terreno más... confiable.
Él inclina levemente la cabeza.
—¿Qué cosa?
—Tú sabes mucho de mi familia —Lo apunto con el tenedor sucio—. Teniendo en cuenta que te autoinvitas todas las veces que puedes. En serio, ¿no te quieren en casa?
