Capítulo 29 ❄️

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Nam resopla y niega con la cabeza.

—No, no es arisco. Más bien, le gusta hacer sentir como unos tontos a sus estudiantes, es decir —Apunta a Jungkook y a él mismo—, a nosotros.

—Es una mierda de profesor —añade Jungkook, ofreciéndome un pedazo de su postre y lo acepto con una sonrisa.

—¿Crees que esté engañando a su esposa? —pregunto entre mordiscos.

Kook limpia el borde de mi boca con su pulgar, un movimiento pausado que hace que mi corazón dé un salto ante esa pequeña e inocente caricia. Cada vez que él me roza o toca, mi cuerpo se enciende en un torbellino de sensaciones que nunca lograré acostumbrarme. De alguna manera, resulta adictivo. Al igual que sus besos, me encanta besarlo.

—¿Cómo sabes que tiene esposa? —Nam frunce el ceño al mirarme.

—Tengo órdenes de contarle todo lo que sepa del hospital —responde mi alfa—. Según mi omega, es importante conocer a tus compañeros —Asiento, dando una palmada en su hombro en señal de aprobación—. Y sí, lo he visto muy cercano con algunos estudiantes o trabajadores.

Pongo los ojos en blancos.

—Idiota —murmuro, terminando de comer.

—Eres su informante de chismes, Jungkook —dice Nam.

Le tiro una servilleta sucia a mi hermano.

—¡Oye!

—¿Qué? —Me devuelve el trozo de papel con una sonrisa—. Es la verdad. A ti te gusta saber los chismes; y ni te atrevas a...

—Lo niego —lo interrumpo, incapaz de mantenerme serio.

La risa de Jungkook se une a la mía, mientras con sus fuertes brazos me abraza de los hombros para dejar un sonoro beso en la coronilla de mi cabeza.

Nam hace un sonido de disgusto.

—Deberías buscarte una pareja — le comento, mientras abrazo la cintura de Kook—. ¿Qué ocurrió con la enfermera omega...? —Inclino la cabeza— ¿Cómo era su nombre?

—Ji-Hyo —me recuerda con un suspiro—. Nada, solo hablamos un par de veces, pero nunca pasó algo más. No era algo tan serio como lo hiciste ver, Monchi.

—¿No te gusta nadie?

—Solo para pasar el rato. Estoy muy ocupado con las clases y las horas en el hospital como para darle tiempo de calidad a otra persona.

—Con la persona correcta puedes sacar tiempo —expresa Jungkook, su voz fluye con suavidad mientras su mirada se posa en mis manos descansando sobre su abdomen—. Incluso con solo cinco minutos o compartiendo el mismo espacio, estudiando o realizando nuestras propias tareas, se convierte en tiempo de calidad.

Gracias a la marca renovada, percibo con intensidad las emociones sinceras y cálidas de Jungkook impregnadas en sus palabras. Mi pecho se siente ligero ante aquello

Este último mes de relación con Jungkook ha estado lleno de risas, caricias, asombroso sexo y momentos de absoluta tranquilidad. Todo ello se ha combinado con el ajetreo de la vida real; como las clases, prepararnos para las pruebas, las tardes de entrenamiento y el inicio del internado. Kook y yo hemos forjado una relación que nunca en mis más locos sueños pensé en conseguir... sobre todo por los continuos comentarios de mi papá; y recibir un cariño y amor tan fuerte como el de Jungkook, me hace querer volver a tomar las mismas decisiones una y otra vez, sin arrepentimientos.

—¿Podrás quedarte un rato más? —le pregunto una vez que Nam se levanta para dejar los platos vacíos y sucios en la cocina—. La coach me recomendó chocolate amargo para relajar mis músculos.

Falling onto the Ice 𖹭 ᵏᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora