Capítulo 1

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La noche había caído sobre la Academia Brawl Stars, envolviendo el campus en una tranquilidad y silencio agradable. En la sala de disciplina, estaba por desarrollarse una escena que contrastaria fuertemente con la serenidad exterior.

Draco estaba sentado en una silla, sus muñecas y tobillos asegurados firmemente con cinta adhesiva a los brazos y patas de la silla. Sobre su boca, una tira adicional de cinta lo silenciaba, una medida tomada no tanto para mantenerlo callado, sino más bien para evitar escuchar sus constantes protestas y excusas. Frente a él, Lawrie, el encargado más severo del comité de disciplina, recostado contra la pared, jugando con la pistola de cinta de Larry en sus manos, su mirada perdida en pensamientos que lo mantenían absorto, ignorando deliberadamente a Draco.

"¿Saben? Nunca pensé que llegaría a este punto. Aquí estoy, observando al chico que más me ha sacado de quicio en esta academia, y por alguna razón, no puedo simplemente seguir adelante y dejarlo pasar. ¿Qué está mal conmigo? Cada vez que lo veo, una parte de mí quiere que desaparezca, pero otra… Bueno, esa otra parte es la que me tiene aquí parado, considerando lo que estoy a punto de hacer."

La sala de disciplina estaba iluminada por las tenues, las luces parpadeando acentuando la tensión del momento. Draco, con su largo cabello rojo desordenado y su pintura facial negra corriendo ligeramente por el sudor, observaba a Lawrie con una mezcla de desafío y curiosidad. Aunque estaba atado y amordazado, sus ojos reflejaban su rebeldía que no podía ser apagada ni siquiera en estas circunstancias.

Lawrie, por su parte, lucía imperturbable. Su postura relajada y la forma en que manejaba la pistola de cinta indicaban que no era la primera vez que lidiaba con situaciones similares con otros estudiantes. Sin embargo, había algo diferente en esta ocasión, algo que ni siquiera él podía comprender del todo. Cada vez que sus ojos se encontraban con los de Draco, sentía una extraña sensación que lo desconcertaba. Era como si, a pesar de su firme resolución de mantener la disciplina, una parte de él se sintiera atraída por la intensidad y el espíritu indomable del chico rebelde frente a él.

El silencio en la sala fue roto por el sonido de pasos aproximándose. Larry, el hermano más amable y conciliador de Lawrie, entró en la sala llevando una bandeja con bocadillos y bebidas. Su expresión era una mezcla de preocupación y desaprobación mientras observaba la escena.

—¿Es realmente necesario todo esto, Lawrie? —preguntó Larry, dejando la bandeja sobre una mesa cercana—. Estamos aquí para hablar del proyecto, no para torturarlo.

Lawrie levantó la vista y dirigió una mirada breve a su hermano antes de encogerse de hombros.

—Draco necesita aprender que hay consecuencias por sus acciones —respondió con seriedad—. Además, así no interrumpirá nuestra conversación con sus comentarios innecesarios.

Larry suspiró, sabiendo que discutir con su hermano mayor sería inútil. En cambio, decidió centrarse en el propósito de estar los 3 reunidos.

—He traído algunos bocadillos y bebidas para que podamos discutir sobre el proyecto. Tal vez si lo tratamos con un poco más de humanidad, podríamos llegar a algún punto donde todos nos llevamos bien, ¿no crees? —sugirió, tratando de suavizar la tensión en la habitación.

Lawrie miró la bandeja y luego a Draco, evaluando la situación. Finalmente, asintió con la cabeza, aunque con evidente desdén.

—Está bien, pero yo me encargaré de esto. ¿Por qué no vas al salón de clases y traes mi mochila? —dijo Lawrie, usando un tono que claramente indicaba que no aceptaría un "no" por respuesta.

Larry, resignado, dejo su mochila sobre la mesa y asintió lentamente.

—De acuerdo, pero trata de no ser demasiado duro con él —murmuró antes de salir de la sala, cerrando la puerta detrás de él.

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