Capítulo 4

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El primer día de clases había llegado a su fin. Los estudiantes, con sus mochilas, iban saliendo de la academia en dirección al autobús escolar que los llevaría de regreso a casa. El aire estaba lleno de conversaciones sobre cómo había sido el día, planes para la tarde y expectativas para el año que recién comenzaba. Sin embargo, entre todos los estudiantes que se apresuraban por salir, dos figuras permanecían aún en la entrada de la academia Lawrie y Larry.

Los gemelos tenían un deber que cumplir antes de poder marcharse la primera reunión del comité de disciplina del año. A diferencia de sus compañeros, que ya saboreaban la libertad del final de la jornada escolar, Lawrie y Larry sabían que su trabajo apenas comenzaba.

—¿Realmente tenemos que quedarnos más tiempo hoy? —preguntó Larry, con un tono que dejaba entrever su ligera frustración.

—Es nuestro deber —respondió Lawrie con firmeza, ajustando la corbata de su uniforme—. Además, necesitamos estar al tanto de cualquier problema desde el primer día. No podemos permitir que la anarquía se instale en la academia.

"No es que me guste quedarme después de clases, pero alguien tiene que hacerlo. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará? Las reglas no se van a hacer cumplir solas, y ciertamente no puedo confiar en que todos los estudiantes respeten el reglamento sin supervisión. Especialmente cuando hay ciertos individuos que siempre están buscando cómo romperla."

Mientras los hermanos conversaban, Draco se les acercó, aparentemente con una idea en mente.

—Oigan, ¿qué les parece si vamos a comer un helado y luego una pizza? —propuso Draco, con una sonrisa amistosa que contrastaba con su habitual actitud provocadora —No es tan tarde y podríamos relajarnos un poco después de un largo primer día.

Larry pareció tentado por la idea, pero antes de que pudiera responder, Lawrie tomó la palabra.

—Lo siento, Draco, pero tenemos una reunión del comité de disciplina. Es más importante que salir a comer helado y pizza —dijo Lawrie, su tono serio habitual.

Draco bajó la mirada, claramente decepcionado, pero sin decir nada más. Asintió lentamente y se dio la vuelta para alejarse.

"Supongo que no debería sorprenderme. Lawrie siempre ha sido así, poniendo el deber por encima de todo. Pero, ¿saben qué? A veces me pregunto si realmente disfruta estar solo todo el tiempo, atrapado en esa burbuja de reglas y deberes. Quizás algún día logre sacarlo de ahí... o al menos, hacerlo sonreír de vez en cuando."

Draco vio a Janet en la distancia y, con una sonrisa, corrió hacia donde estaba ella, dejando a los gemelos solos en la entrada de la academia.

Larry miró a su hermano con una mezcla de preocupación y resignación.—Lawrie, a veces pienso que no tenemos amigos por tu manera de ser. Siempre estás tan enfocado en tus deberes que no te das cuenta de lo que sucede a tu alrededor —comentó Larry, su tono era tranquilo, pero había un tinte de tristeza en sus palabras

Lawrie frunció el ceño ante el comentario de su hermano, pero mantuvo su compostura.

—Nuestro deber es más importante que las trivialidades, Larry. Si no somos nosotros quienes mantenemos el orden, ¿quién lo hará? —respondió Lawrie, repitiendo lo que para él era una verdad indiscutible.

Larry no pudo evitar suspirar. Sabía que intentar convencer a su hermano de lo contrario era casi imposible, pero eso no lo hacía menos frustrante.

—Lo sé, lo sé... pero a veces creo que podríamos equilibrar las cosas un poco mejor. No todo tiene que ser sobre reglas y deberes —dijo Larry, mientras ambos comenzaban a caminar hacia el salón de reuniones.

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