Capitulo Uno

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Despertó con un fuerte dolor de cabeza, posiblemente por que las cortinas estaban levantadas y todo el sol le daba en la cara

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Despertó con un fuerte dolor de cabeza, posiblemente por que las cortinas estaban levantadas y todo el sol le daba en la cara.

Por un momento se sintió confundido ¿Que demonios hacía en el sofá?, hasta que recordó lo sucedido hace unas horas y todo cobro sentido. Miro la hora y ya era tarde, aproximadamente las diez de la mañana afortunadamente estaba trabajando en casa, por lo que no tenía la necesidad de ir a su trabajo hasta que su presencia fuera requerida.

—Joder... —susurro mientras miraba el techo perdidamente, de haber sabido que ese sofá era tan incómodo no lo hubiera dudado dos veces y habría dejado que Cola de caballo durmiera ahí

Se sentía como un verdadero anciano, pero eso no evitó que se levantará y fuera a la cocina por una buena tasa de café.

Se había vuelto un adicto a la cafeína.

—Bakugo-san—escucho una voz a sus espaldas

Cuando volteo se encontró con Cola de caballo, quien estaba despeinada y vestía con pijama, sus ojos estaban hinchados probablemente por que estuvo llorando. Nunca espero verla de esa manera y le sorprendía bastante verla tan... Indefensa.

—Te ves fatal—dijo sin pelos en la lengua

—Igualmente Buenos días—sonrió nerviosa

Ambos entraron a la cocina y comenzaron a preparar el desayuno, apesar de que Bakugo insistió en que no tocara nada y lo dejara encargarse de hacerlo todo, Yaoyorozu lo ignoro y intento ayudarlo en lo que podía. En menos de una hora el desayuno estaba listo, consistía en unos huevos estrellados con arroz y un poco de tocino. Cada uno con su respectiva bebida, café y té.

—Provecho—dijo yaoyorozu una vez que estaban sentados en la pequeña mesa de la cocina

Bakugo solo asintió y comenzó a comer, estaba muerto de hambre.

Aunque luego de un rato en silencio, no pudo ignorar la pregunta que tenía atorada en su garganta desde la madrugada en que ella llego tocando a su puerta.

—¿Por que escapaste de tú casa?—pregunto para luego probar un trozo de tocino, tal vez si ella notaba que no le prestaba tanta atención se le haría más fácil responder

—¿Escapar?—se tenso por la pregunta—no escape, solo... Tenía que pensar unas cosas—respondió mientras le daba un trago a su té intentando aparentar calma

—Claro, y el mejor lugar para pensar es en mi maldita casa—se burló sin creer en aquella respuesta—¿Qué te hizo él Mitad y Mitad?

Yaoyorozu se ahogo con el té, no se esperaba esa pregunta para nada ¿Enserio era tan fácil de leer?.

Por su lado Bakugo solo confirmo las sospechas que había tenido hasta ese momento.

—¿Acaso te puso los cuernos?—frunció el entrecejo, si ese fuera el caso él mismo iría a casa del estúpido de Todoroki y haría que le pidiera perdón de rodillas a Cola de caballo con tal de volver a dormir en su cama—¿Pasaste de ser un Caballo a un maldito reno?

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