───Denki no sabe cuando fue que su mundo comenzó a derrumbarse, pero si sabe quién fue el que lo ayudó a reconstruirlo. Izuku sabe que Denki está mal y no dudó en ayudarlo a pesar de que su vida se estaba desmoronando.
→ 28/08/24
→ ¿?
#1 en kaminari...
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Denki no sabe cuando fue que su grupo de amigos comenzó a alejarlo, solo notó como ya sus chistes no les hacían gracia o como lo dejaban hablando solo en medio de clases.
Intentó hacer que no le afectara, riéndose de sus propios chistes y engañándose a sí mismo de que sus amigos seguían queriéndolo igual que siempre.
— ¿Porqué no vamos al nuevo árcade que abrió? —preguntó Denki en medio de la conversación que sus amigos llevaban sin él.
Todos lo miraron, luego volvieron a mirarse entre ellos y se hecharon a reír. El rubio no supo que hacer, sentía como si fuera ajeno a la broma.
Obviamente no sabía que él era la broma.
— Lo siento bro, hoy no puedo. —dijo Eijirō aún con la sonrisa en su rostro por la carcajada reciente.
— Ni yo, hoy estoy ocupado. —comentó Hanta mirándose con ashido, aguantando la risa de la situación anterior.
— Mina y yo tampoco podemos, debemos de hacer tarea. —excusó Kyoka, mina también asintió a lo dicho.
—conmigo no cuentes, idiota. —bueno, de Katsuki se lo esperaba un poco pero aún así no ayudó mucho a sus ganas de llorar por ser rechazado de esa manera.
— O-oh. Esta bien, podemos ir otro día. —murmuró, quedándose callado.
— No te hagas la víctima, Kaminari. Por un día que no aguantemos tus estupideces tampoco te vas a morir. —todos rieron con el comentario de Kyoka, incluso pudo ver una sonrisa en Katsuki.
Sintió como si mil agujas se clavaran en su pecho, hace días que su grupo se comportaba así con él, con comentarios pasivo agresivos, pero justo ese día ese simple comentario fue la gota que revalsó el vaso.
— Voy al baño. —se levantó rápidamente de la mesa antes de que las lágrimas comenzarán a deslizarse por sus mejillas.
— Vuelve rápido, mi teléfono se está descargando. —escuchó como todos se reían y solo hizo que el nudo en su garganta se expandiera.
Caminó un momento, pero comenzó a correr al poco tiempo al sentir como las lágrimas mojaban su camisa. Trataba de no sollozar pero le era imposible.
Se encerró en uno de los cubículos del baño, cerrando la puerta con fuerza y dejándose caer al suelo. Las lágrimas incontrolables empapaban su rostro mientras abrazaba sus rodillas, intentando encontrar consuelo en la soledad del pequeño espacio.
— ¿Por qué me hacen esto? —se preguntaba una y otra vez, su voz quebrada resonando en la pequeña cabina.
Denki no podía entender en qué momento todo había cambiado. Antes, sus amigos reían con él, lo incluían en todo y se sentía parte de algo especial. Ahora, era como si se hubiera convertido en una molestia, en el blanco de todas las bromas y desprecios.