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En el último mes de embarazo, Felix estaba mucho más sensible que antes. Cada pequeño movimiento, cada señal de su cuerpo, lo llenaba de temor y ansiedad ante la proximidad del parto. HyunJin, que había estado observando a Felix de cerca, comenzó a notar estos cambios con preocupación. Aunque trataba de mantenerse fuerte, Felix no podía evitar que el miedo lo abrumara.

Una tarde, mientras Felix descansaba en el sofá, HyunJin se acercó y se sentó a su lado. Felix estaba acariciando su vientre, susurrando palabras tranquilizadoras al bebé que crecía dentro de él.

—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó HyunJin con suavidad, intentando no asustarlo más.

Felix suspiró, sin dejar de mirar su vientre.

—Tengo miedo, HyunJin. —admitió en voz baja—. No sé si estoy listo para esto... para ser padre. ¿Y si algo sale mal? ¿Y si no puedo cuidar bien de él?

HyunJin sintió un nudo en la garganta al escuchar la vulnerabilidad en la voz de Felix. Sabía que esas eran preocupaciones válidas, pero también sabía que Felix era más fuerte de lo que él mismo creía.

—Vas a ser un gran padre, Felix. —dijo con firmeza—. Ya lo eres. Mira cómo cuidas de todos nosotros, incluso cuando deberías estar descansando. El bebé es afortunado de tenerte.

Felix lo miró con los ojos llenos de lágrimas, conmovido por sus palabras. A veces, sentía que estaba solo en esto, pero en momentos como ese, HyunJin le recordaba que no lo estaba.

—Gracias, HyunJin. —murmuró—. No sé qué haría sin ti.

HyunJin, que no solía ser tan expresivo con sus emociones, sintió un calor en su pecho al ver a Felix de esa manera. Había notado cómo, a pesar de su estado, Felix siempre encontraba tiempo para preocuparse por los demás. Era increíble verlo interactuar con los otros miembros del grupo, siempre asegurándose de que estuvieran bien, ofreciéndoles palabras de aliento o simplemente escuchando cuando lo necesitaban.

Una noche, mientras todos estaban reunidos en la sala de estar, Felix comenzó a hablarle al bebé, como solía hacer antes de dormir.

—Ya casi estás aquí, pequeño. —dijo con una sonrisa, acariciando su vientre—. Todos estamos esperando con ansias conocerte. Sé que serás muy amado.

HyunJin observaba en silencio, sintiendo un profundo respeto y admiración por Felix. Nunca había visto a alguien tan entregado, tan dispuesto a dar todo por los demás, incluso cuando estaba asustado. Había algo en Felix que lo hacía especial, una luz que brillaba incluso en los momentos más oscuros.

Con el tiempo, HyunJin comenzó a darse cuenta de lo que realmente significaba Felix para él. No era solo la atracción física que había sentido al principio, ni la responsabilidad que sentía como supuesto padre del bebé. Era algo más profundo, algo que no podía ignorar. Felix era una persona increíble, única en todos los sentidos, y HyunJin sabía que no quería perderlo.

Mientras el parto se acercaba, HyunJin se prometió a sí mismo que estaría ahí para Felix, no solo como amigo o compañero de grupo, sino como alguien que lo amaba profundamente. Y aunque todavía no estaba listo para decir esas palabras en voz alta, sabía que cada acción, cada momento compartido, sería una forma de demostrarle a Felix lo mucho que significaba para él.

En los días que siguieron, la tensión en el aire era palpable. Con el parto a la vuelta de la esquina, Felix se encontraba más nervioso y emocional que nunca. HyunJin hacía todo lo posible para mantener la calma, pero a veces era difícil no sentirse impotente al ver a Felix tan vulnerable.

Una mañana, mientras el grupo desayunaba, Felix apenas tocó su comida. Estaba distraído, perdido en sus pensamientos, con una mano reposando sobre su vientre. HyunJin notó su comportamiento y, preocupado, decidió que era el momento de hablar.

Omega's Surprise // HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora