No sabía cuánto tiempo había pasado desde que la misma comenzó con su absorta idea de aprender el idioma de estás nuevas tierras, pero realmente no le había tomado mucho tiempo encontrar su significado.
Así, muy pronto se encontró leyendo libro tras libro referente a la historia de estás tierras, encontrando un sin número de sandeces que para ella no tenían significado ni cabida en su manera de ver las cosas.
Tal parece ser que en este territorio, una gran cantidad de 'deidades' bajaron de las alturas solo para 'coexistir' con los mortales, renunciando a su poder divino con el único objetivo de pasar por las penurias y dificultades a las cuales los seres terrenales se veían sometidos gracias a sus vidas más humildes.
Una reverenda tontería si le preguntaban. Ningún dios exterior renuncia tan fácil a su título y poder.
Pero en fin, poco tiempo después de tomada esta desición, la enorme estructura que contempló con anterioridad y hace destacar la ciudad conocida como Orario, fue construida y nombrada como la 'torre de Babel', un monumento en el cual habitan una inconmensurablemente cantidad de bestias y monstruos mortales en sus recovecos más profundos.
Por lo que se dice, fueron encerrados ahí por toda la eternidad.
Así, cada una de estas deidades falsas fundaron lo que ellas mismas nombran como 'familias', evidentes organización donde los mortales reclutados, están destinados a servir y forjar poder para su supuesta fraternidad hasta la muerte.
Una vez haz establecido un contrató con alguna de estas entidades, las mismas le otorgan a su nuevo vasallo un susodicho 'don' nombrado como Falna. Un poder que permite a los mortales crecer y fortalecerse, permitiendo que los mismos sean más que capazes de enfrentar cualquier penuria que la mazmorra pueda lanzarles, de no portar tal poder, tu capacidad de sobrepasar los diversos pisos que conforman tales catacumbas es insignificante por no decir nula.
"Pero que montón de disparates..." Murmuró con una ceja alzada.
"No necesito ninguna bendición de estos supuestos dioses, para mí solo existe la palabra de la voluntad mayor y Márida..." Refutó el funcionamiento de las tierras donde se encontraba.Pese a todo lo pasado en su longeva vida, su fé en la orden dorada aún era muy fuerte.
Después de todo, quien le había dado la orden de eliminar a las almas malditas habían sido sus similares, seres de alto rango si, pero mortales al final de las cosas."Tal vez tergiversaron las palabras de los dos dedos..." Murmuró con molestia, rasgando la madera de su mesa como si de tinta se tratase.
"La corrupción es algo inevitable... Tricia lo sabía, por eso hizo lo que hizo..."Era cierto, la perfumista antes nombrada era un alma caritativa que en contra de todo, se opuso a la misión de los asesinos de augurios y de sus superiores, decidió dar cobijo y cariño a los seres malditos en sus últimos momentos. Protegiendo a varios, y buscando una cura a toda costa en vez de cazarlos, darles muerte y arrancarles los cuernos.
"Hasta que la búsqueda te consumió a ti misma..." Con una sacudida de cabeza la mujer rápido desvío los oscuros recuerdos de antaño para centrarse una vez más en el ahora y en las letras que relataban más historia de este reino.
Otro detalle interesante sobre el funcionamiento de este nuevo continente era que sus monedas eran conocidas como 'valis', como había pensado después del intercambio con ese funcionario. Confirmando que estos eran muy similares a las runas.
Con la manera más efectiva siendo los artefactos mágicos dejados atrás por cualquier tipo de monstruo, y estos pueden variar debido a ello.
Precisamente con éstos objetos, cualquier establecimiento puede cambiarlos por los valis. Y el lugar más perfecto para conseguir era en la tan famosa mazmorra.
"Bien, creo que es todo..." Murmuró Arabella mientras se reincorporaba de su asiento antes de proceder a retirarse del local, viéndose obligada a agachar la cabeza para no topar con el marco de la misma.
Estancando su posición en medio de la plaza, mirando con cierto desconcierto la inmensa torre.
¿Realmente deseaba entrar a la torre?
Por un segundo, el recuerdo de que su vida debió haber concluido en el mismo momento en que salto de la muralla le llegó como un cubeta de agua helada.
¿Ella tenia derecho a seguir en el caminó de los vivos?
"Solo la gran voluntad podría decidir eso... y yo sigo existiendo... tal ves este desliz solo es un plan que tiene para mí..." Con eso dicho, la mujer volvió a ponerse su máscara macabra y sin más dudas, se encamino directo a la tan endulzante torre.
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~En lo más alto de la torre de Babel, sentada en un trono condecorado, una hermosa mujer contemplaba toda la ciudad Orario a través de un espejo divino sin igual.
Junto a esta, un hombre fornido y poderoso miraba a su lado. Todo parecía ser tranquilo y sereno, no obstante la mirada que la mujer le daba al espejo era todo menos de tranquilidad.
"Ella..." Jadeó Freya mientras miraba a su guardaespaldas personal con ojos anonadados.
"¡Ella me vió!""¿La mujer de vestimenta y apariencia extraña?" Expresó el hombre con incredulidad.
"¡Sí!" Confirmó mientras volvía a mirar su espejo divino. "¡Me miró directamente!...y me amenazó dos veces de paso..."
Ambos guardaron silencio por un corto periodo de tiempo antes de que Freya comenzará a reír, esbozando una sonrisa, levantando su mano derecha hasta la altura de su cara antes de tocar con sutileza su mejilla con un dedo índice.
"Esto ha resultado ser más fascinante de lo previsto" Canturreo. "Un chico misterioso con un alma clara y una mujer increíblemente hermosa y aterradora con un espíritu dorado..."
"Esta... ¿interesada en esa mujer de igual manera?" Se aventuró a preguntar.
"No... No así, mi querido Ottar."
"Entonces, ¿cómo quiere proceder? Si considera que esa mujer es una amenaza, entonces deme la orden y yo iré a eliminarla." Dictó con confianza.
Freya permaneció en silencio por un momento mientras tarareaba para sus adentros.
"No..." Respondió finalmente, mirando al tal Ottar, y luego mirando hacia delante con una sonrisa ladina.
"Por ahora la dejaré pasar, no insistiré con mi visión, después de todo si me puede ver, existe la posibilidad de que haya problemas reales. Dejemos que la extraña dama siga con su vida. Después veré si nos puede ser de alguna utilidad..."Continuará....
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Elden ring x Danmachi: La Última Asesina De Augurios.
Fanfiction~Arrepentimiento constante, angustia que me consume, en cada verso busco la redención. Mis acciones pasadas, ahora me abruman, Y aun con estas palabras no encuentro el perdón~ ~Consciente estoy de mis miles de errores cometidos, de las heridas causa...