Capítulo 2 ~El despertar~

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~Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de antaño y el sol del mañana que con su magnificencia iluminaba el olvidado mundo en el que habitaba, abandonada en los albores del tiempo... denigrada a esperar un final que nunca llegará... en un reino caído que nunca volverá a prosperar... maldita y hundida en la locura más profunda...

No obstante, un destello de luz a llegado de manera repentina a su vida, y su mente una vez atada por la más profunda bruma, se libera de sus cadenas una vez más...volviendo a la conciencia de antaño...

¿Realmente una mujer desgastada como ella tiene salvación?~

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La enorme mujer comenzó a despertar cuando el canto de las aves y el silbido del riachuelo resonaron en sus tímpanos con vehemencia.

"¿Qué clase de arte blasfema?" Farfullo completamente atónita.

Con dificultad Arabella gruño mientras sentía como su cuerpo pesaba como si un sin número de piedras cayeran sobre su cansada estructura corporal.
Más una duda no evito surcar por su cabeza, ¿Porque seguía con vida? Si había caído desde lo más alto de las colosales murallas de Leyndell, literalmente había relajado su cuerpo al punto perfecto como para que nada en su anatomía antinatural pudiera salvarla.

Más otra cosa además de su supuesta muerte le llamo la atención, y solo cuando la misma alcanzó a reincorporarse fue que notó a más detalle que su entorno había cambiado por completo y ya no se encontraba aparentemente en donde debía estar.

Pues ahora la inconmensurable capital dorada ya no se encontraba a la vista; remplazada por completo por la hierba quisquillosa que intentaba penetrar su gruesa coraza con sus características cosquillas en la piel que es incapaz de tocar. Viendo un mar de árboles verdes y la luz de un objeto que iba asomándose por el follaje, más no alcanzaba a contemplar por el espesor de las plantas.

Los pájaros cantores entonaban sus himnos matutinos, despertando a Arabella de su pequeño momento y regresándola a la realidad tan fantástica en que se encontraba.

La misma se irgió en su altura máxima y se dio cuenta de que el bosque parecía extenderse en todas direcciones. Desarmada, pero todavía con su túnica casí armadura dorada, Arabella no tenía ni idea de dónde diablos estaba.

¿Como era siquiera posible que siguiera con vida?

¿No debería mínimo su espíritu fragmentado viajar a los pies del árbol áureo y ser juzgado?

¿Acaso esto era obra de la gran voluntad?

"Esto no tiene sentido..." Murmuró la mujer de ojos dorados, aún replanteando la situación en su mente una y otra vez debido a lo extravagante de ella.

Mas de repente, un brillo opacó en el suelo fibroso llama su atención. Vislumbrando con cierto desconcierto el único árbol que Arabella no había mirado, y donde la mascara macabra que por tantos años había portado en su incansable 'misión' encomendada por la orden dorada se encontraba regresándole la mirada.

Y junto a esta, el par de machetes dentados de manera cruel descansaban impasibles. Más pese a que dudo por un segundo, Arabella al final tomo los objetos con aprensión, mirando con cierta tristeza la mascara sonriente.

"Quería liberarme de su cruenta compañía, pero parece ser que el destino quiere torturarme por mis pecados al mantenerme junto a ustedes..." Finalmente la mujer se puso la tétrica mascara y empuño ambas armas mortales.

Por lo que sin nada mas en lo que pensar, y acunando su pesar al cargar con esos artefactos una vez más. La enorme mujer comenzó una pequeña caminata a través de ese espeso bosque, con la única intención de salir de él y ubicarse.  



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Poco tiempo después de que la mujer caminara por un buen rato, la misma casi sintió que este era un bosque infinito. Pues el recorrido que había realizado pareció ser una ruta sin fin en alguna clase de bosque maldito.

Más esta idea se esfumó en el momento en que finalmente llegó a un camino de piedra creado evidentemente por alguna civilización; más sin embargo, un detalle en el ambiente al verse el follaje del bosque disminuido llamo su atención con creces.

Y si no fuera por su fuerza de control mental, casí estaba segura de que hubiera enloquecido en el mismo segundo en que miro el amplió cielo y no vio por ningún lado el monumental pero incalculablemente bello árbol áureo.

"...Esto es imposible..." Murmuró la misma al contemplar tal situación aparentemente imposible e inconcebible.
"A no ser..."

No obstante, el vago recuerdo del legendario Godfrey y su séquito de sin luz, seres humanos que llegaron de mas allá de la bruma y el control del gran árbol dorado y sus voluntades.

"No, no, no es imposible... el magnífico Godfrey vivió en algún lugar lejos de las tierras intermedias antes de ser el consorte de Márida..." Se calmó a si misma al pensar en esto.

Sin contar con el hecho de que muchas criaturas que para escapar de la orden dorada crearon trampas mágicas que llevan a los ilusos a alguna otra parte del continente o mas allá.

Si, ella era consciente de que el mundo era inconmensurablemente más grande que el territorio en el que vivía, y este era mas pequeño en comparación al infinito.

Hablando de eso, mientras caminaba siguiendo la señal de civilización, logró vislumbrar a lo lejos una columna muy alta y delgada, un objeto que cuanto más la mira, más brillante se vuelve el crepúsculo, mostrando que es el comienzo del día en lugar de su final.

"Eso de allá... es muy exótico para ser creado de manera natural..." Murmuró un tanto dudosa, más la misma decidió que lo más óptimo era ir en dirección a aquella edificación tan extravagante. Llevada por su curiosidad más que por cualquier otra cosa, después de todo...

¿Que le quedaba en este mundo realmente?

¿Que más que su curiosidad natural podía atarla al terreno mortal?













Continuará....

Elden ring x Danmachi: La Última Asesina De Augurios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora