Bite me. (HeeJake)

PROLOGO

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JAKE:

¿Cómo se siente exactamente ser la pareja de un vampiro?

¿Emocionante? ¿Espantoso? Probablemente aterrador, al menos al principio.

Pero también… seguro.

¿Seguro? Esa es la suposición de Jake, viendo a Sunoo y Sunghoon besuquearse en medio de la cafetería desierta.

Seguridad y protección, pertenecer a otra persona, total y completamente. Recibir la confirmación de que el amor verdadero existe, aunque solo sea para aquellos que tienen la suerte de ser seleccionados. Para ser aceptado exactamente como eres, sin condiciones.

Una voz familiar interrumpe sus reflexiones.

—¿No terminó el descanso de quince minutos de Sunoo hace como quince minutos?

Jake se encogió de hombros, sin molestarse en mirar a su compañera de trabajo.

—Todo está tranquilo. No hay clientes. Está bien, Chae.

Podía sentir sus ojos sobre él, evaluando si quería molestarlo un poco más. Finalmente, ella le dio un golpe en el hombro con desdén, aparentemente decidiendo que no valía la pena el esfuerzo.

—Está bien, bueno, me voy.

—Lo que sea —él le apartó la mano con el ceño fruncido.

—Tan amable con Sunoo y tan grosero conmigo —bromeó, echándose el cabello por encima del hombro, lanzando el aroma de los lirios en su dirección—. Cuidado, una vez más se nota que es la persona que te gusta.

Jake le levantó el dedo medio mientras ella arrojaba su delantal hacia atrás y salía de la tienda, revolviendo el cabello oscuro de Sunoo al salir.

¿Cuándo se daría cuenta la gente?

No es un flechazo.

Nunca lo ha sido.

Jake no quería salir con Sunoo, ni besarlo, ni mirarlo a los ojos con  nostalgia como lo hace Sunghoon en ese mismo momento.

Su amistad es solo eso: amistad.

Y es más que suficiente.

El único problema es que Jake todavía quiere saber. ¿Cómo se sentía ese vampiro interior? Lo que Sunoo llama su “bestia”. ¿Como una invasión? ¿Una amenaza? ¿O simplemente un viejo amigo que se está instalando, uno con antiguos anhelos y poderes más allá de lo que cualquier humano común pudiera imaginar?

Jake había aprendido lo que pudo de Sunoo, durante los meses en que Sunoo se había estado alimentando de él regularmente, antes de que Sunghoon se colara en escena.

Pero la experiencia de Sunoo con el vampirismo fue... única. Y Sunghoon era flamantemente nuevo y poco dispuesto a compartir sus sentimientos.

Para saberlo realmente, Jake tendría que preguntar a otros. Y aunque en ese momento estaba 90 por ciento seguro de que había otros en Seúl, Sunoo no lo decía.

Pero Jake tenía indicios.

Ese Jungwon del que Sunoo era amigo, seguro.

Tenía que ser un vampiro o una especie de íncubo; Había algo que no era del todo normal en la sonrisa de ese tipo. No es que Jake fuera  exactamente el pináculo de la normalidad.

Tenía sus propios antojos ancestrales, ¿verdad? Unos que solo había descubierto después de su amistad con Sunoo.

No por consumir, sino por ser consumido.