CAPÍTULO 9

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SIR HARWIN STRONG

-Puje princesa!- ordenó el maestre-

-Maldito idiota! No ves que estoy pujando?!- la pobre joven no aguantaba más- Ah!!!-

-Vamos Lyna tu puedes- habló su madre con una voz que reflejaba su angustia y ¿Cómo no? La joven se veía demacrada y ella no podía hacer nada, solo sostenía sus manos mientras su hija pujaba-

Al final Lyna logró que Harwin le pidiera matrimonio y con mucho gusto su padre acepto. Rhaenyra no lo podía creer fue recién hay que se dio cuenta que estaban en guerra.

Con respecto a Harwin no la amaba, pero era un gran esposo la respetaba y defendía, no pudo alejarlo de la perra de Rhaenyra ya que Viserys pidió que se quedarán en King's Landing a lo que no se pudo negar. Ya había pasado un año desde que estaban casados y ahora estaba pariendo a su hijo, el primer hijo de Lyna, pero el tercer hijo del Strong.

El Strong ya no pasaba tanto tiempo con la Targaryen, no, ahora pasaba más tiempo entrenando y luego con su esposa, a los ojos de todos en ese matrimonio solo había amor, pero a los ojos de los casados solo había un gran aprecio, respeto y una gran atracción física, nada más que eso, a Lyna le llenaba de satisfacción ver como Rhaenyra miraba a su esposo, como si lo necesitará, pero Harwin a penas la miraba, Lyna sabía que el hombre hacía eso en forma de respeto a ella. Cuando el Strong se entero que ella estaba esperando un hijo suyo estado en alegría, por fin tendría un hijo al quien si le podría dar su apellido.

La reina Alicent y sus hijos se volvieron muy cercanos a ella, pero lo que más unía a Alicent y a Lyna era su colosal odio hacia la caprichosa, niñata, estúpida y golfa princesa Rhaenyra, eran tan unidas que siempre se les podía ver juntas, era tan impresionante como no se cansaban de hablar de la "promiscua", debes en cuando Lyna acompañaba a Alicent al septo, claro que para ella eso no tenía sentido quería ganar el favor de la reina consorte.

Ella y Aegon eran grandes amigos apesar de que este aveces era un idiota. Les encantaba hablar de todo y compartían el mismo gusto por el placer y el vino, "el sagrado licor" decían ellos. Lyna por más que era vastante conprenciba no podía evitar golpear o reprender a su primo por sus estupideces, claro que lo que ella hacía no era nada a comparación del maltrato de Alicent, ella trataba de no meterse en esos asuntos, pero había veces que no aguantaba y salía en defensa de su primo y ¿Cómo no? Si la reina buscaba cualquier escusa para humillarlo o despreciarlo. La princesa quería mucho a Aegon aunque algunas veces lo odiaba.

Encambio sus otros dos primos eran encantadores, Helaena le había enseñado a bordar, hablan de todo y se sentía realmente importante al ver que Halaena era más relajada con ella y no se perdía tanto en sus pensamientos, también le hablo de sus insectos favoritos. Sin duda ella era una ternura, Lyna se prometió protegerla con su vida.

Aemond era muy recto, era muy tranquilo, respetuoso, en otras palabras era "perfecto", a la pelinegra le daba tanta pena ya que todos esperaban mucho de él, se esforzaba mucho y Lyna siempre lo felicitaba.

En cuanto a sus sobrinos... no los odiaba como antes, pero mantenía su distancia.

Ah!!- y es hay cuando todo su malestar se ba para dar paso al llanto de un bebe-

-Jaja, ese bebe si que tiene pulmones- dijo su madre emocionada y con un poco de nostalgia-

-Jaja, ¿Qué es?- pregunto la joven acomodándose en la cama-

PODER ¿PERO A QUÉ COSTO? [HOTD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora