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—Sir Lorent —saludó Alexandra al guardia frente a la puerta de su hermana.

-Mi princesa.- saludo este - Sir Erryk

—Debería ir a descansar, mi sir —sugirió la castaña a su guardia. Vio cómo este de inmediato negó: —Estaré con mi hermana y Sir Lorent en la puerta, ve a descansar, Erryk.

—¿Y si algo le pasa a mi princesa? —preguntó con preocupación el guardia mientras veía a Sir Lorent. -No me perdonaría si algo le pasara en mi guardia o a la reina.

—Ellas estarán protegidas. Erryk —aseguró Sir Lorent— - Toma la palabra de la princesa y ve a descansar. La seguridad de la princesa está garantizada.

Erryk asintió lentamente, aunque la preocupación seguía reflejada en su rostro. Finalmente, con una última mirada de advertencia a Alexandra y Sir Lorent, se retiró.

Vio como el guardia abría levemente la puerta frente a ella, dejandola pasar.

—Alexandra —saludó a su Rhaenyra viendo cómo su hermana ingresaba mientras trenzaban su cabello. —¿Qué te trae por acá mi dulce hermana?

—Aegon se encuentra montando guardia junto a Sunfyre y Haelena está durmiendo —informó la castaña. - Pense que tal vez podría venir a acompañarte.

—Gustosa yo —aseguró la reina mientras terminaban de trenzar su cabello para comenzar a lavarse el rostro. - Te vi hablando con Lucerys.

- Él está lidiando con la incertidumbre sobre su futuro en Drifmark. Creo que está asustado de no cumplir con las expectativas. —respondió ella. Viendo cómo Rhaenyra se secaba el rostro con una toalla que le había pasado Elinda, era una de las damas de Rhaenyra.

—Entiendo aquello —comenzó a decir—. - Cuando mi padre me nombró su heredera tenía miedo y lo sigo teniendo, pero sé que si me eligió a mí es por algo.

-El siempre estuvo orgulloso de ti —declaró Alexandra, Rhaenyra sonrió al escuchar las palabras de su hermana- Siempre que hablaba de ti se le iluminaban los ojos y se llenaba de orgullo… Siempre fuiste su favorita. Él decía que la esperanza del reino estaba en un líder que pueda unirlo. Padre, sabía que eras tú.

—¿Sabes que él te decía la luz de sus ojos? —preguntó la platinada con melancolía mientras levantaba las sabanas de su cama- Siempre hablaba de su dulce niña, decía que eras lo mejor de Alicent y él.

Alexandra sonrió mientras se sentaba al lado de Rhaenyra, la cual estaba acostada. La platinada de inmediato agarró la mano de su hermana con dulzura. El tacto de Rhaenyra era igual que el de Lucerys, pensé internamente, haciendola sonreír.

—Princesa Alexandra Targaryen Hightower —dijo la platinada mientras miraba los ojos violetas de su hermana— Eres sabia, fuerte y valiente, cualidades que vinieron de nuestro padre, pero también eres apasionada y de  buen corazón, como en algún momento lo fue tu madre.

Rhaenyra suspiró con melancolía mientras miraba a su hermana de pies a cabeza, era la viva imagen de la que en algún momento fue su amiga, excepto por el color de sus ojos. Alexandra era tan igual y tan diferente a Alicent. Aquellos pensamientos fueron interrumpidos por un sonido en la puerta.

—Ser Erryk —saludó Rhaenyra desviando la mirada hacia la puerta por donde terminaba de ingresar el guardia.

—Mi sir —habló esta vez la castaña con curiosidad al ver cómo el guardia se dirigió hacia ellas.

—Princesa Alexandra —dijo el supuesto Erryk mientras la miraba.

—No eres Erryk —informó Alexandra en un susurro de inmediato al oir él cómo la había llamado. Sin darle tiempo a poder reaccionar, ambas mujeres vieron cómo el guardia desenfundaba su espada con intención a atacar a Rhaenyra.

T𝖍𝖊 𝖘𝖔𝖓𝖌 𝖔𝖋 𝖋𝖎𝖗𝖊 𝖆𝖓𝖉 𝖇𝖑𝖔𝖔𝖉~ 𝓛𝓾𝓬𝓮𝓻𝔂𝓼 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓻𝔂𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora