“Tercera Ley de Newton o principio de acción y reacción Esta ley plantea que toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto”.
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Cuando me desperté mi cabeza dolía como mil demonios. Estaba desconcertada, no sabía donde estaba, lo único que sabía realmente es que veía pajaritos volando al rededor de mi cabeza. Me sentía realmente mareada y asfixiada, en cualquier momento vomitaría, así que lo mejor que opté fue salir. Pero no sin antes sacar la daga que tenía en la bota.
Al salir me encontré con el mismo lugar en dónde me desmaye, solo con la diferencia que está estaba surtida de casa de acampar. Guarde mi cuchillo cuando a lo lejos observé a Percy siendo curado por el sátiro y a un lado estaba un niño muy sonriente de cabello negro y piel casi tan blanca como la de un muerto,a lo lejos observe a unas cazadoras las cuales no se veían muy contentas al estar cerca de una persona del género opuesto. Me acerqué lentamente a ellos escuchando su conversación cada vez más clara.
—Buena colección —le dije al llegar hasta ellos al ver las figuras que el niño se acaba de su mochila. Y creo que no se esperaban mi llegada porque ellos respondieron con un susto, el cual fue cambiado por una sonrisa por parte del niño—. Disculpen, no planeaba asustarlos. Me presento con ustedes, mi nombre es Eulalie.
—¡Eulalie! ¡Sabía que te conocía de alguna parte,solo que has cambiado mucho!,¿Cómo has estado?—exclamo entusiasmado Grover, preguntando cosas como si fuera una mamá.
—He estado mejor que otra veces. Planeaban que mi llegada fuera mejor pero no esperaba que todo esto se saliera de control, ¿Pero qué podemos esperar de una vida como la nuestra?—suspire mirando a la persona que se me quedó mirando en un tipo trance—. Percy Jackson, siempre es un gusto conocer nuevas caras.
—¿Yo?—se señaló desconcertado.
—Claro, a menos de que no te llames Percy Jackson.