Capítulo 6: Una mirada, un sentimiento.

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★★★Narra Samantha.★★★


Me desperté con la ayuda del despertador, me levanté alegre cosa que hacía mucho tiempo que no me pasaba, me sentí rara por eso, no sabía la razón de ese sentimiento y mucho menos cuando estaba apunto de descubrir algo que mis abuelos se empeñaron ,hace muchos años, en que yo no consiguiera saber.

Después de ducharme y arreglarme bajé a la cocina. mis abuelos todavía no habían llegado, sonreí instintivamente. Mis abuelos intentaban engañarme y la que les estaba engañando era yo, ya que yo había escuchado toda la conversación, sabía que si se habían quedado esa noche y que era para intentar que yo no sospechara sobre algo que no logré averiguar muy bien, ya que ese trozo de la conversación lo tenía aún borroso.

Me alegré al saber que todavía no estaban aquí, así me daría tiempo a salir sin que mi abuelo me avisara sobre los nuevos habitantes del pueblo. Me arreglé y desayuné, cogí mi mochila y me acerqué a la puerta, pero alguien la abrió antes que yo.

-Sam! Ya te ibas? -me preguntó mi abuelo desde el lado de a fuera de la puerta.

-Si, abuelo ya me voy! Llego tarde debo apresurarme! -le contesté pasando por delante de él intentando evitar su charla.

-Yo te llevo! Sube al coche! -respondió mi abuelo.

No pude negarme, cuando me quise dar cuenta ya estaba subida en el asiento del copiloto y abrochándome el cinturón de seguridad. Miré a mi abuelo un par de veces sin saber que decir, los dos estábamos en silencio.

Ya estábamos llegando al instituto y todavía no me había dicho nada, a lo mejor se le había olvidado.

El silencio se rompió cuando pasamos por delante de una de las casas del vecindario, era una casa enormes con pocas ventanas, la fachada era de un color blanquecino con manchas de la humedad, la verdad daba bastante miedo.

-Sam! Debo pedirte un favor!

-Que pasa abuelo- Le miré y vi que había parado el coche en frente de la casa, me miró y yo sonreí.

-Lo que voy a contarte es serio, no te acerques ni a un centímetro.. me escuchas?? - Yo asentí y el continuó- No te acerques a ningún familiar Blair, no quiero que te metas en líos. Son unos tipos bastante peculiares y bastante problemáticos. Tú centrate en los estudios y en nada más!! Prométemelo -yo no sabía que decir, tenía que decirle que se lo prometía, pero si lo hacía ya no podría romper la promesa. En mi familia las promesas son algo muy especial, si las haces hay que cumplirlas.

-Saaam!! Que me lo prometas- insistió mi abuelo al ver que yo no contestaba.

-Esta bien abuelo! Te lo prometo! -sonreí y le besé- No me acercaré a los Blair.

Mi abuelo pareció creerme ya que continuó su camino. Llegamos al instituto y me bajé del coche pero antes mi abuelo me recordó mi promesa, yo le volví a besar y le tranquilicé le dije que no lo iba a hacer que se marchase tranquilo y así lo hizo.

En la puerta me esperaba Mónica para entrar a clase. Me acerqué a ella y la abracé. Pensaba que no iba a venir a clase, menos mal que si que vino, así le podría contar lo que me pasó ayer.




★★★Narra narrador.★★★

Mónica le contó que su padre estaba mucho mejor y que todo había sido un susto, al parecer se había resbalado y al caer al suelo perdió el conocimiento a la vez que mucha sangre, ahora se encontraba reposando.

-Y tu abuelo que tal? -Preguntó Mónica al acordarse de su encuentro en el hospital con su amiga.

-Te puedes creer que a las pocas horas mi abuelo ya quería volver a casa!!?

-Que dices? Pero se recuperó tan rápido.

-Parece que si, además de esa repentina curación me enteré de otra cosa aún más peliaguda.

-Cuenta, cuenta.

Después de contarle toda la conversación que había escuchado en la puerta de la habitación de su abuelo, y de contarle todo lo que le sucedió en el día anterior, por supuesto que la parte del profesor se la saltó, eso lo mantendría en secreto. Mónica le miró sin poderse creer que su pequeña e indefensa amiga, guardaba un gran secreto que ni siquiera ella sabía.

-No te emociones Mónica tampoco es para tanto!!

-Que no es para tanto? Por fin algo interesante en este pueblo... hacía años que no me pasaba nada y ahora gracias a ti voy a vivir una experiencia inolvidable!

-Mónica relájate, nada de eso va a pasar, tu no vas a meterte en esto, te mantendrás al margen.

-Y una leche! -Con esas palabras acabó la conversación el profesor acababa de entrar.

Por suerte para Sam, hoy no tocaba historia, no podría aguantar la clase con él después del encuentro de ayer, en cambio estaba ocupada en otra cosa , observaba a todos sus compañeros, todos eran conocidos del primer día de clase, no había nadie nuevo. Empezaba a sospechar que no iba a aparecer nadie, Mónica también buscaba con la mirada al nuevo pero tampoco lo encontró. El nuevo ya se había fugado el primer día de clase.

Acabaron las clases y las dos amigas quedaron en la cafetería como lo habían hecho el primer día, se sentaron en la misma mesa y se pusieron a charlar.

Había muchos murmullos, toda la gente allí estaban hablando, Sam y Mónica para comunicarse debían alzar un poco más la voz, algo más de lo normal. Seguían con su conversación cuando de repente el silencio inundó la sala, la puerta de la entrada acababa de abrirse. Un grupo de chicos desconocidos entraron en la cafetería.

Eran 4 tres chicos y una chica. La chica era extremadamente delgada y con un color de piel muy pálido, sus ojos eran oscuros y su pelo moreno.

Su semblante era serio iba agarrada del brazo de uno de los chicos, este en cambio que los otros era rubio, sus ojos eran celestes parecía enfadado miraba a su alrededor, por unos momentos su mirada se reunió con la de Sam, ella intentó girar su cara pero no podía algo se lo impedía logró cambiar la posición de su cara cuando él ya no le miraba.

Fue una sensación rara.

Memories of the past. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora