Capítulo 7: Un extraño suceso

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Narra Samantha.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando aquél chico me miró, no sabía quien era. De repente una voz me asustó, era Lucas que sin yo enterarme se había sentado a mi lado.

-Son los Blair! Dan miedo eh! Fijaos ella es Lisa, el moreno alto es Crhristian, el más bajito es Tomas, y "el normal" es Matt. -Aclaró Lucas.

-Matt? El rubito es Matt? -pregunté.

-Si, es él. Ese es el chico nuevo que vendrá a nuestra clase.

Algo se removió por mis adentros, miré a Mónica y ella me estaba mirando a mí, me hizo una señal con la cabeza para indicarme que ya era hora de irse, asentí y me levanté del asiento, tras coger mi chaqueta caminé hasta dónde se encontraba Mónica, nos miramos y caminamos hacia la puerta, los Blair seguían ahí de pie.

Caminé lentamente mirando el suelo, evitando la tentación de mirarles, pero cometí un pequeño error. Como no calculé bien, mi mano rozó la mano de Matt porque estaba andando demasiado cerca de él. El contacto con su piel era frío pero a la vez cálido, mi cuerpo se estremeció, sentí que me iba a caer redonda al suelo, por suerte logré salir a la calle.

Mónica me sujetó, logré mirarla y sentí como perdía poco a poco la visibilidad, veía borroso.

Desperté en mi habitación, no recordaba como había llegado allí, la última imagen que tenía era la mirada de Matt, me dolía la cabeza y sentía frío, miré mis manos estaban temblando, yo no las controlaba, algo hacía que mis manos se movieran. De repente mi abuelo entró a la habitación.

-Te advertí sobre esto Sam!! Te dije que no te acercaras a ese chico, a esa familia y tú me has desobedecido pequeña!!

-Abuelo!! -sentí como mis lágrima empezaban a bajar por mi cara-

-No digas nada, será mejor. Ahora relájate, tu cuerpo lo necesita. -se acercó a mí y me cogió las manos.

Negué con la cabeza, en verdad no le había desobedecido, yo iba a irme de la cafetería pero... Las imágenes volvieron de repente a mi mente, su mano, su piel, sus ojos, noté como mis manos aceleraban sus movimientos, no era capaz de controlarlas, mi abuelo las soltó de repente y me miró.

-Esto es peor de lo que me pensaba. Celeste!! Celeste- Gritó varias veces el nombre de mi abuela hasta que ella apareció, al verme en el estado que estaba se acercó rápidamente a mí y miró a mi abuelo.

-Te dije que debíamos decírselo, no podemos luchar contra el destino- Le reprochó a mi abuelo.

Este era el momento, debía acabar de una vez por todas con el misterio.

-Que es lo que debéis decirme, abuela? Que es lo que pasa? -pregunté mirándolos a los dos. Mi abuelo se resignó y acabó asintiendo con la cabeza, dejando que mi abuela hablara.

-Sam, el mundo tal y como lo conoces cambiará, estas segura de querer saber esto? -me advirtió mi abuela, yo me quedé pensando, estaba aterrada pero sentía unas ganas intensas de saber la verdad.

Por fin asentí. Mi abuela me miró y me besó la frente y después le dio la mano a mi abuelo. Cuando iban a empezar a hablar tocaron al timbre.

-Espera aquí y no te muevas- después de decirme esto, bajaron a abrir la puerta.


Narra narrador.

Samantha se quedó acostada en la cama, sus manos se fueron tranquilizando poco a poco y dejaron de moverse, se sintió muy cansada pero no podía dormirse, por fin iba a conocer los secretos que tanto querían guardar. Se relajó y esperó a sus abuelos. Sin darse cuenta se durmió.

Cuando despertó ya era de noche, era una noche luminosa ya que había luna llena, se despejó y bajó de la cama, se encontraba de mejor humor.

Se miró al espejo y se sobresaltó sus labios estaban rojos y ella no se los había pintado, llevó su dedo al labio y lo acarició sintió como quemaba, estaban ardiendo.

Esto no era normal, al igual que el temblor de manos de hace unas horas, decidió que era el momento de saber la verdad. Bajó rápidamente a la cocina, allí solo encontró la mesa puesta para la cena, solo había un cubierto y un plato.

Se extrañó ya que en la casa eran 3 personas, subió a la habitación de sus abuelo pero no había nadie, estuvo llamando a gritos a sus abuelos pero nadie contestó, volvió a entrar a la cocina y encima de la mesa había una nota:

"Pequeña Sam, aquí te dejo la cena, no me acordé de decirte que

tu abuelo y yo teníamos cena en casa de los Black. Si nos necesitas

para algo ya sabes cual es nuestro número, te quiero mucho. La abuela."

Samantha cogió la nota y sonrió. Miró lo que había de cena y se puso a comer, la verdad es que tenía mucha hambre, desde al mediodía que se comió una manzana no había vuelto a comer. Se terminó la cena y recogió los platos.

Esperaría a sus abuelos, viendo la tv en el sofá. Cuando iba a sentarse, tocaron al timbre. Llegó a la puerta y se asomó por la mirilla de la puerta, tenía esa costumbre, nunca abría a nadie sin saber quien era primero. Esta vez si que conocía a la persona que estaba al otro lado, abrió la puerta.

-Hola Sam! Que tal te encuentras? -Preguntó Mónica mientras entraba a la casa, una vez dentro Sam cerró la puerta.

-Bien, estoy mucho mejor. Gracias por traerme a casa. -dijo Sam sonriendo.

-NO, No fui yo.

-Como que no fuiste tú?

-No! Te mareaste en la calle, yo logré aguantarte para que no te cayeras, pero Matt te acercó a casa.

-QUE MATT QUE?? No puede ser.

-Si que puede ser, él salió al verte desmayada, te cogió en brazos y te llevó a tu casa, yo le acompañé hasta la mitad del recorrido.

Samantha ya estaba sentada en el sofá junto a Mónica... ahora entendía el enfado de su abuelo.

-Que pasa Sam? Y tus abuelos?

-En casa de los Black.

-Ellos también?.

-Como que ellos también?

-Mis padres, los de Lucas y los de Sergio también están ahí. Creo que todo el pueblo está en esa casa.

-Todos no! Mira- Sam señaló la ventana, a través de ella podía verse a los Blair, paseando por las calles. Sam y Mónica se miraron.

Faltaba uno, entre ellos no estaba Matt, donde estaría se preguntó Sam.

Después de unos segundos desaparecieron de la vista, Sam seguía pensando en Matt sin darse cuenta que Mónica le estaba hablando.

-SAM? Me escuchas?

-Sí, sí. Perdona estaba pensando, que me dijiste?

-Ya lo ví. A ver te dije que porque estaba todo el pueblo reunido menos ellos, ahora esa familia también vivía aquí.

-Eso es muy raro, a lo mejor son ellos los que no han querido asistir.

Mónica la miró y sonrío, ya que a ella no se le había ocurrido esa posibilidad. Las dos amigas cambiaron rápidamente de tema y se pusieron a hablar de chicos.

Sam tampoco tenía muchas ganas de hablar de ese tema, la verdad era que solo llevaba dos días y casi no conocía a nadie, pero por otro lado el nombre de Matt no dejaba de sonar en su cabeza.

Tras varias horas hablando y hablando, la puerta de casa se abrió.

-Mónica tus padres te esperan fuera con el coche- Dijo el señor Grey!

Las dos amigas se despidieron, Sam acompañó a Mónica hasta la puerta saludó a los señores Byron desde la entrada con la mano y quedó con Mónica en la entrada del instituto para el día siguiente.

Cerró la puerta y sonrió, era el momento... iría a hablar con sus abuelos y ellos le contarían todo. Caminó hasta la cocina dónde ellos se encontraban.

Memories of the past. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora