Memories of the past. (Cancelada)

Capítulo 9: No puede ser verdad.

★★Narra Narrador.★★

Después de unos minutos, pero que a Samantha le parecieron horas, los señores Grey volvieron a aparecer.

Samantha les miró y se dio cuanta de que venían cargados de cosas. Su abuela llevaba varios libros viejos, y su abuelo una caja llena de trastos los dejaron encima de la mesa y Sam los contempló pero sin acercarse mucho.

-Esto pertenece a la familia- empezó explicando su abuela.-Sacó un colgante con un precioso rubí en el centro. - y esto concretamente a tu madre.

Samantha lo cogió no recordaba haber visto a su madre con eso nunca. Cuando lo tuvo entra sus manos una sensación de serenidad recorrió todo su cuerpo. Vio que su abuela sacó un pequeño reloj de oro.

-Este reloj era de tu abuelo, después de tu padre -le dijo su abuela. Miró el reloj que ahora estaba en manos de su abuelo y sonreí.

-Y ahora tuyo! -le dijo su abuelo dándole el reloj.

-Para mí? Porque? - le preguntó sin cogerlo.

-Porque ahora es tuyo, tu padre te lo regaló cuando a penas tenías 2 años.

Le miró atónita, no se acordaba de eso. Cogió el reloj con sus manos y al mirarlos le vino a la mente las imágenes.

Ella tenía dos años y estaba en la cunita, su padre le estaba explicando la importancia que tenia el reloj ya que pertenecía a la familia y siempre debería ser así. De repente, las imágenes desparecieron a Sam miró a sus abuelos.

-Porque me pasa esto? -preguntó.

-El que? Que es lo que pasa?- Preguntó su abuelo.

-Desde que llegué a este pueblo he tenido alucinaciones, veo como FlashBacks.

Sus abuelos se miraron y su abuelo la miró a ella después.

-Pequeña hay muchas cosas que debes saber, pero hay otras que no te van a gustar nada. Pero una vez que lo sepas todo tendrás que acarrear con lo malo al igual que con lo bueno.

-Que es abuelo? Que pasa?

-Antes de irte de aquí te borraron la memoria, todo lo que habías vivido en este pueblo lo olvidaste por completo. Pero cometimos un gran error, ya que no contábamos con la desaparición de tus padres, creímos que nunca ibas a tener que volver a este pueblo.

-Abuelo que dices?? Eso es imposible!!

-No, no lo es. Si eres una bruja.

-UNA BRUJA? - Sam tras escuchar esto empezó a reírse.

-Si te hace gracia lo dejamos y no te contamos nada! -le contestó su abuelo serio, Sam negó con la cabeza.

-Sam, pequeña! Las cosas que vas a saber hoy, no te van a hacer gracia. Hoy vas a saber porque no te acuerdas de nada desde que naciste hasta los 5 años. -Le dijo su abuela, Samantha asintió era verdad lo que acababa de decir su abuela, sus recuerdos hasta los 5 años no estaban, era como... Si alguien los hubiera borrado.

-Quien y porque me borraron los recuerdos?

-Fui yo! Sam antes que te enfades quiero que sepas que fue por tu bien. -respondió su abuelo

-QUE? Como que tu? Entonces.. entonces tu eres..

-Sí, soy un brujo.

-Y yo también Sam- respondió su abuela.

-No puede ser!! No es posible!!

-La única que no era bruja, era tu madre Sam!! Tu madre no era bruja, era una simple mortal pero tu padre se enamoró de ella ciegamente. La acogimos en casa, supo desde el primer día que nuestra familia era una familia de brujos pero no le importó. Vivió con nosotros desde los 19 años, tu padre le regaló ese colgante, era mágico le protegería de cualquier peligro. -le contó su abuela.

-Entonces.. Yo?? Yo soy bruja también!?- preguntó Sam.

-Creíamos que al haber nacido de una humana y un brujo, tu magia no te crearía problemas. Pero..

-Pero que??

-Nuestro hijo, es decir, tu padre nos engañó.

★★Narra Samantha.★★

No podía creer lo que me estaban contando mis abuelos, era algo que yo siempre había leído en los pocos cuentos que mi madre me había dejado leer sobre magia. Ahora lo podría comprender. La magia existía. Era real.

-Como que mi padre os engañó? Que pasó?- le pregunté a mi abuelo extrañada.

-Tu madre también era una bruja pero renunció a sus poderes para estar con tu padre.

- Que mi madre era bruja?? No puede ser...Porque os mintió entonces?? Porque tuvo que renunciar a ser una bruja??- no podía ni imaginar que la historia que me estaban contando era cierta, no podía.

- El problema fue que no renunció a ser una bruja. Al renunciar ser bruja tu cuerpo se consume y muere. Tu madre solo renunció a sus poderes. Seguía siendo una bruja pero su magia no funcionaba. Tu madre era una bruja como nosotros pero no pertenecía a la misma familia de brujos.

Cuando mi abuelo me dijo eso puse cara de no lograr entender lo que me quería decir, y él me miró y se rió.

-Que tu madre pertenecía a la familia de nuestros enemigos.

Su magia no era limpia, era magia oscura. Su familia utilizaba la magia para hacer daño. Tus padres sabían que si nosotros nos enterábamos que ella era una bruja oscura no les dejaríamos estar juntos.

Así que tu madre renunció a sus poderes, la verdad es que ella no los quería, había crecido viendo como su familia hacía daño y maltrataba a personas simplemente por placer y ella nunca quiso pertenecer a eso.

-¿Porque borrasteis mis recuerdos? ¿que pasó?- pregunté sin atreverme a hacer esa pregunta.

-Pequeña, tus recuerdos infantiles no eran precisamente los de una niña normal. Tu vida se convirtió en una pesadilla, tus recuerdos eran demasiado dolorosos como para poderlos soportal con tan solo 5 años. Todos decidimos acabar de una vez con el sufrimiento y darte la vida que merecías.

Yo no sabía que pensar, que decir ni que hacer, lo que me acababan de contar era algo muy gordo, algo que debería guardar en silencio. Nadie debería enterarse de esto.

Pero que estaba pensando?, esto era una tontería, no podía ser verdad, mis abuelos se habían vuelto locos e intentaban volverme loca a mi también. Cerré los ojos con fuerza y me levanté de la silla, corrí a mi habitación.

No podía más necesitaba asimilar toda la información que me habían dado y ponerla en orden, antes de saber más cosas.

Cerré los ojos y recordé mi casa de la ciudad, me recordé a mí hace un par de años junto a mi madre. Era el día en que mi madre me regañó por leer un simple libro que me había encontrado en su armario.

Un libro que hasta ese mismo momento me creía que era una simple historia ficticia y no lograba entender el comportamiento de mi madre al verme leer ese libro.

Ahora recuerdo que me lo quitó de las manos haciéndome prometer que no lo cogería nunca más. Me levanté de una salto y corrí al armario. Rebusqué entre todas las mochilas hasta que lo encontré.

Estaba envuelto en un papel dorado, lo desenvolví y lo miré. No tenía ningún título, era viejo y no parecía mostrarme ningún interés para leerlo.

Bajé rápidamente a la cocina y se lo enseñé a la única persona que quedaba allí sentada, mi abuela.

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