Amistad

52 3 0
                                    


El tiempo en el Pentagrama era una paradoja; los días y las noches se sucedían sin un orden claro, sumergidos en una eterna penumbra. Para Velvet, la rutina de su existencia había sido siempre un ciclo de trabajo frenético, creación constante y una lucha interna por mantener su estatus en un mundo donde la debilidad no tenía cabida. Sin embargo, desde la llegada de TN, su vida había comenzado a cambiar de maneras que no se atrevía a admitir.

Los días transcurrían con Velvet supervisando a TN en sus prácticas de modelaje. Velvet, que antes había sido distante y fría, ahora se mostraba más accesible, corrigiendo con paciencia los errores de TN y ofreciéndole consejos que, aunque revestidos de su típico sarcasmo, eran útiles y sinceros.

—Recuerda, es todo cuestión de actitud —decía Velvet mientras observaba a TN caminar por la improvisada pasarela en su estudio—. No importa si te sientes insegura por dentro, lo importante es que proyectes confianza hacia afuera.

TN, quien al principio se había sentido como una novata sin esperanza, comenzaba a mejorar visiblemente. Sus pasos eran más firmes, su postura más segura, y aunque aún había fallos aquí y allá, la evolución era innegable. Velvet lo notaba, aunque rara vez lo expresaba con palabras directas.

—Estás mejorando, pero no te confíes —decía Velvet en tono severo, aunque sus ojos reflejaban un atisbo de orgullo—. Todavía tienes mucho que aprender si quieres sobrevivir aquí.

El vínculo entre ellas se había vuelto una mezcla de admiración, respeto y algo más profundo que ninguna de las dos se atrevía a nombrar. A veces, mientras trabajaban juntas, TN captaba a Velvet mirándola con una expresión pensativa, casi melancólica, como si estuviera reflexionando sobre algo que no lograba comprender del todo.

Una noche, después de una larga sesión de modelaje, Velvet decidió llevar la relación un paso más allá. Sabía que mantener a TN escondida de Vox y Valentino era un riesgo, pero la compañía de TN se había vuelto demasiado valiosa para ella como para arriesgar perderla.

—Vamos a relajarnos un poco, ¿te parece? —sugirió Velvet, señalando un par de copas y una botella de vino que había traído consigo—. No todo puede ser trabajo en este lugar, ¿verdad?

TN, sorprendida pero complacida por la invitación, aceptó la copa que Velvet le ofreció. Nunca había visto a Velvet tan relajada, y la idea de compartir un momento de calma con ella le resultaba extrañamente reconfortante.

—No sabía que disfrutabas de estas cosas —dijo TN mientras Velvet servía el vino.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí —respondió Velvet con una sonrisa enigmática—. Pero eso es parte de mi encanto, ¿no crees?

Ambas se acomodaron en el sofá, la atmósfera cargada de una quietud que no era incómoda, sino más bien una pausa bienvenida en el ajetreo de sus vidas. Mientras bebían, las conversaciones fluyeron de manera más natural, alejadas de las formalidades y presiones habituales.

—No puedo evitar preguntarme cómo serían las cosas si todo fuera diferente aquí —dijo TN después de un rato, rompiendo el silencio con una pregunta que parecía haberle estado rondando la mente—. Si el Pentagrama no fuera tan... caótico.

Velvet soltó una risa suave, pero sus ojos mostraban una seriedad que TN no había visto antes.

—Este lugar es lo que es, TN. No hay espacio para los "y si..." en un mundo como este. Aquí solo hay dos opciones: adaptarte o perecer. Yo he elegido adaptarme, y hasta ahora, me ha funcionado.

TN asintió, entendiendo la dureza detrás de las palabras de Velvet, pero también percibiendo una vulnerabilidad que la demonio rara vez mostraba. Velvet era fuerte, pero esa fuerza parecía estar construida sobre cimientos que TN sospechaba no eran tan inquebrantables como Velvet quería hacer creer.

—Pero no siempre tienes que enfrentarlo todo sola —dijo TN suavemente, sus ojos encontrando los de Velvet—. Quiero decir, sé que soy nueva aquí, pero puedo ayudarte... si me dejas.

Velvet se quedó en silencio, sorprendida por la oferta de TN. Había pasado tanto tiempo protegiéndose a sí misma y ocultando sus verdaderos sentimientos que la idea de dejar que alguien se acercara de verdad le resultaba desconcertante. Sin embargo, algo en la sinceridad de TN la desarmaba, rompiendo esas defensas que había erigido con tanto cuidado.

—No te equivoques, esto no es un cuento de hadas —dijo Velvet finalmente, su tono más suave de lo habitual—. Aquí no hay héroes ni finales felices, solo supervivientes. Y yo... bueno, supongo que estoy aprendiendo a sobrevivir de una manera diferente contigo.

TN sonrió, sintiendo una calidez inesperada al escuchar esas palabras. Sabía que había algo más profundo entre ellas, algo que iba más allá de la simple relación entre mentor y aprendiz.

Con el tiempo, las interacciones entre Velvet y TN se volvieron cada vez más íntimas. Compartían más momentos como ese, donde las palabras no siempre eran necesarias, y el simple hecho de estar en compañía mutua era suficiente para aliviar las cargas que ambas llevaban.

Sin embargo, a pesar de su creciente cercanía, Velvet seguía manteniendo a TN oculta de Vox y Valentino. Los otros Overlords representaban una amenaza real, y Velvet sabía que, si llegaban a descubrir a TN, las consecuencias podrían ser devastadoras para ambas.

Una noche, mientras ambas estaban en el salón principal, TN se atrevió a preguntar sobre los colegas de Velvet, algo que había estado evitando hasta entonces.

—¿Por qué sigues ocultándome de ellos? —preguntó TN, su voz cargada de preocupación—. ¿Es tan peligroso que sepan que estoy aquí?

Velvet se detuvo, su expresión se volvió sombría. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar esa pregunta, pero no esperaba que fuera tan pronto.

—Vox y Valentino... no son como yo —dijo Velvet con cautela—. Son Overlords como yo, pero tienen sus propios intereses y métodos. No quiero que te involucres con ellos, TN. Podrían... no, probablemente lo harían, usarte para sus propios fines. Y eso es algo que no puedo permitir.

—¿Y tú? —preguntó TN, sin poder ocultar la preocupación en su voz—. ¿No eres igual que ellos?

Velvet se quedó en silencio por un momento, luego soltó un suspiro.

—Yo soy... complicada —respondió finalmente—. Sí, soy un Overlord, parte de los V's, como nos llaman. Pero no soy como ellos. Tengo mis propias ambiciones, pero no incluyen usar a los demás de la manera en que lo harían Vox o Valentino.

TN asintió, comprendiendo un poco mejor la situación en la que se encontraba. Sabía que había mucho más detrás de la fachada que Velvet mostraba al mundo, y ese pequeño atisbo de vulnerabilidad solo fortaleció su decisión de permanecer a su lado.

Velvet, por su parte, no pudo evitar sentirse aliviada de que TN no la rechazara. A pesar de su reticencia a mostrarse completamente abierta, sabía que la relación entre ellas era diferente a cualquier otra que hubiera tenido en el pasado. Por primera vez en mucho tiempo, Velvet se permitió pensar que, tal vez, no tenía que enfrentar el caos del Pentagrama completamente sola, y pensar que todo empeso por algo simple que asia todos los día reclutar almas ingenuas, pero apesar de que tenia su alma en sus manos, ahora no queria hacer lo que tenia pensado en un inicio, TN la desperto de sus pensamientos.

—Entonces, ¿seguiremos manteniéndolo en secreto? —preguntó TN con una pequeña sonrisa.

Velvet se encogió de hombros con una sonrisa irónica.

—Por ahora, sí. Pero no te preocupes, sé manejar a esos dos. Mientras estés conmigo, estarás segura.

Velvet x Tn(mujer) amor incondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora