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Mingyu: ¿Qué opinas sobre el amor y el odio?
- ¿Qué? -fruncí el ceño-.
Mingyu: ¿Crees en eso del odio al amor?
- Mingyu, concéntrate, que si volvemos a perder juro que no volveré a jugar contigo.
Mingyu: Eres una amargada, Choi, sólo preguntaba.
- Tienes casi media hora haciéndome preguntas raras, ¿te encuentras bien?
Mingyu: Ya veo porqué aún no tienes novio, sólo te hice una simple pregunta, amargada -su tono se volvió divertido, ya que simuló ofenderse-.
- No lo sé -suspiré- es algo muy cliché, y a decir verdad, es ridículo.
Mingyu: ¿Qué? -respondió en un grito- es algo normal.
- Claro -reí-.
Mingyu: Supongamos -hizo una pequeña pausa- ese tal amigo tuyo, el idiota con quien tanto juegas día y noche, resulta ser alguien que conoces y lo odias, no quieres ni respirar el mismo aire que él...
- Ya entendí, Min -interrumpí-.
Mingyu: Bueno, resulta ser -escuché una pequeña risa y le rodé los ojos- digamos que Wonwoo...
- Eso sería algo realmente estúpido, él no es ni será como Wonwoo, Wonwoo es un completo idiota y suponiendo que es él; bueno, no quiero ni imaginarlo, es tu amigo pero es todo lo que una chica no quisiera.
Mingyu: Wonwoo tiene muchas chicas tras él, y es mejor persona de lo que crees -solté una carcajada ante su comentario, Jeon es de todo, menos buena persona-.
Mingyu: Sólo es su fachada, Choi, detrás de eso, Jeon es alguien noble y necesita mucho afecto.
- Y yo un millón de dólares.
Mingyu: Hablo en serio.
- También yo, ¿quién no querría eso?
Mingyu: Es inútil hablar contigo.
- ¡Bien! Perdón, ¿sí? -dejé el control en la cama- Hipotéticamente, digamos que Wonwoo es mi amigo, cosa que no es, ya que sólo pasa en historias clichés; sería algo raro, además, en cuanto supiera quién es realmente Queen Of Game dejaría de hablarme -me encogí de hombros, el sólo pensarlo me hacía sentir escalofríos-.
Mingyu: ¿Y qué si no lo hace?
- Claro -reí- el chico me odia, Min.
Sólo rio y dio palmadas en mi hombro. Así pasamos la tarde, antes de que se fuera dijo que si salíamos al centro comercial el viernes por la noche y honestamente no era mala idea, al contrario, necesitaba salir.
UNA SEMANA DESPUÉS:
Mingyu: Tenemos dos meses, Jeon.
- ¿Dos meses para qué, Kim? -respondí sin voltear a verlo-.
