Después de su éxito en los torneos nacionales, el Karasuno poco a poco comenzó a ganar popularidad, no solo en Japón, sino también a nivel internacional.
Gracias a la recomendación del entrenador Ukai y la colaboración de la Federación Japonesa de...
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El primer rayo de sol de la mañana atravesó la cortina de la habitación de Hinata, golpeando su rostro y sacándolo de un sueño profundo. Parpadeó varias veces, desorientado por un momento, antes de recordar dónde estaba, Brasil. Un país nuevo, una aventura nueva y lo más importante, un nuevo desafío para demostrar su valía.
Se dirigió hacia el cuarto de Kei y abrió la puerta muy suavemente. Tsukishima estaba aún dormido, con una expresión tranquila contrastando con la dureza habitual de su rostro y un tierno peluche de mandarina entre sus brazos. Decidió no despertarlo todavía y salió del cuarto de kei en silencio.
Hoy comenzaban los entrenamientos con uno de los equipos juveniles más prestigiosos de Brasil, y la emoción lo inundaba. Después de vestirse con su uniforme de entrenamiento, Hinata se acercó a la ventana, admirando la vista de la playa que brillaba bajo el sol de la mañana.
-Hoy será increíble.- murmuró para sí mismo antes de salir de la habitación.
En el vestíbulo, el equipo de Karasuno se iba reuniendo lentamente. Nishinoya y Tanaka ya estaban allí, charlando animadamente sobre las chicas que habían visto la noche anterior en la playa, mientras Kageyama estaba sentado solo, concentrado, repasando mentalmente las estrategias y jugadas qué podría realizar.
Cuando Hinata llegó, Nishinoya le hizo una señal para que se acercara.
- SHOYOO ¿Estás listo para aplastarlos?- exclamó Nishinoya, golpeando con fuerza su puño contra la palma de su mano. La energía que irradiaba era contagiosa, y Hinata no pudo evitar sonreír con entusiasmo.
-NOYA-SAAN, Claro que si, Vamos a ir con todo.- Respondió Hinata, lleno de confianza.
Tanaka rió, colocando un brazo sobre los hombros de Hinata.- Eso es lo que me gusta escuchar. Pero no te olvides de mantener la cabeza fría. Estos brasileños son rápidos, y no van a subestimarnos. Así que no los subestimes tú tampoco!!.
-Sí, señor.- contesto Hinata con una risa.
El entrenador Ukai se acercó, seguido por Daichi y Sugawara, quienes habían estado discutiendo los detalles del entrenamiento con él entrenador.- Bien, chicos, escuchen. Hoy nos enfrentaremos a uno de los mejores equipos juveniles de Río. Han sido campeones regionales durante los últimos tres años, así que no será fácil. Pero recuerden por qué estamos aquí, para aprender y mejorar. Denlo todo en la cancha, pero sobre todo, no se olviden de disfrutar el juego.
Después de la breve charla, el equipo se dirigió hacia el gimnasio donde se llevaría a cabo el entrenamiento. Al llegar, quedaron impresionados por las instalaciones: canchas de voleibol de primer nivel, gradas enormes, y una atmósfera vibrante que casi podía sentirse en el aire. El equipo brasileño ya estaba calentando, y su técnica y coordinación eran impecables.
- Wow, son buenos.- murmuró Nishinoya, admirando la rapidez con la que los brasileños se movían por la cancha.
Kageyama, que había estado observando en silencio, finalmente habló.- No importa lo buenos que sean. Tenemos que concentrarnos en nuestro propio juego. Si hacemos eso, no podrán vencernos.
