CAPÍTULO 11

316 24 14
                                    

Grace:

La música retumbaba en la casa de Jasper, las luces de colores destellaban frenéticamente, y el aire estaba cargado de la mezcla embriagadora de risas, voces y el inconfundible aroma de cigarrillos y cerveza. Me había refugiado en un rincón oscuro, observando desde la distancia a Emma, cuya estaba hablando con sus amigos, había una sonrisa triste en sus labios y esperaba que no fuese por mi. Desde que llegué, mis ojos no podían apartarse de ella. Parecía tan feliz, tan despreocupada... claro hasta que llegue. 

Los últimos días habían sido un torbellino de emociones contradictorias. Desde que decidí alejarme, esperaba que todo se calmara. Pero en lugar de eso, el vacío se había llenado con una tensión insoportable, una sensación de pérdida que me carcomía por dentro. 

Grace,—una voz firme y decidida me sacó de mi ensimismamiento. Era Emma, quien ya estaba frente mío, sus ojos llenos de determinación, me provocaron un escalofrió. Ella daba miedo— Tenemos que hablar.

Mi corazón dio un vuelco, y la seguí a través del tumulto hacia un pasillo más silencioso. Podía sentir cómo el sudor frío me recorría la espalda. No había forma de escapar esta vez.

—¿Qué demonios está pasando?—Emma exigió, su voz apenas contenida. —Has estado evitándome como si fuera la peste. ¿Por qué?. 

—Emma, yo... —Las palabras se atoraban en mi garganta, cada una más difícil de pronunciar que la anterior. ¿Cómo podía poner en palabras el caos que sentía dentro?

—No me vengas con excusas Grace — interrumpió, sus ojos destellando con una mezcla de furia y dolor. —He visto cómo me miras. Si somos amigas, merezco la verdad.Merezco respuestas. 

—¡No es tan simple!—estallé—genial asi no queria que pasaran las cosas—mientras mi voz se quebraba.—¡No entiendes lo difícil que es para mí! Me gustas, Emma, y eso me aterra. No sé cómo manejar esto, cómo manejarte. 

¿Mierda se lo dije? damas y caballeros, yo mate el romanticismo... 

Sus ojos se abrieron de par en par, la sorpresa pintada en su rostro. Genial piensa que estoy loca... quizás si lo este pero por ella. 

—¿perdón?— preguntó, linda y sorda gracias a Dios. —¿como que te gusto?— hable antes de tiempo... —¿Es por eso que has estado alejándote?

—Sí— murmuré, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con escapar, luchando por mantener el control de mi voz. —Intenté mantener la distancia porque... porque no sabía qué hacer con lo que siento. Es patético, lo sé. He sentido atracción por chicas antes, pero nunca, nunca me había sentido así... tan embriagada por alguien. Es como si estuviera perdida y, al mismo tiempo, encontrándome. Siempre me has gustado,desde que te vi  en el supermercado aquella vez... Y luego que te vi perdida por los pasillos, fue como si el mundo se detuviera por un segundo, y tú eras lo único que importaba, solo que lo he estado negado porque.. — me lleve mi mano a mis ojos para limpiar las lagrimas que estaban cayendo—Me has atrapado, y eso me aterra. Me aterra de una forma que no puedo explicar. Tengo miedo de que, si te dejo entrar, si te dejo ver todo lo que siento, me rompas en mil pedazos. Porque ya no soy la misma desde que entraste en mi vida. Y no puedo evitar pensar en lo que pasaría si te fueras, si decidieras que no soy suficiente... si me rompes, no sé si podría volver a ser quien era antes de ti.

La tensión en el aire era palpable, como una tormenta a punto de estallar. Emma dio un paso hacia mí, su expresión transformándose de ira a una vulnerabilidad que me desarmó. —Grace, si que eres imbécil. Yo también siento algo por ti. — pude distinguir que se estaba limpiando lagrimas y si no era así, que mujer tan insensible —Pero necesito que dejes de esconderte, de dejarme en la oscuridad.

THE DAY I MET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora