CAPÍTULO 7

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Grace:

Jasper corría entre la gente y yo lo seguía como podía, esquivando a las personas que nos miraban con extrañeza. Al llegar al segundo piso, me empujó hacia una habitación y cerró la puerta detrás de nosotros. Parecía como si hubiera visto un muerto.

—Perdón por interrumpir tu momento sáfico, pero...—dijo, tomando un respiro profundo—los muertos están reviviendo.

—¿Quién? ¿One Direction?—bromeé, mis traumas, mis chistes

—No, Grace, ellos están bien muertos—respondió Jasper, tomándome de la camisa con desesperación—. Es Jean.

—¡¿INVITASTE A JEAN, JASPER?!—grité, llevándome las manos al rostro. Jean, mi ex casi algo, y yo habíamos terminado bastante mal, por no decir muy mal. Sabía que si me veía iba a ser insoportable o intentaría convencerme de hablar, y yo soy una persona demasiado amable para decir que no. —¿Por qué demonios no me avisaste?

—Número uno, pequeña kasimerito, yo no la invité...—se quedó callado unos segundos antes de continuar—. Invité a sus amigas y supongo que ellas la invitaron. Número dos, te estoy avisando ahora.

—¡Esto no puede estar pasando! era lógico que la invitarían, son como chicle esas tres—dije, comenzando a sentir el pánico subir por mi pecho.

—Mierda, no lo pensé, Grace, pero respira. Lo resolveremos. Solo mantente alejada de ella y todo estará bien.

—¿Mantenerme alejada? ¿En una fiesta llena de gente? Jasper, sabes que eso es prácticamente imposible—respondí, tratando de calmarme pero sintiendo la desesperación en cada palabra.

Jasper suspiró y asintió—Lo sé, lo sé. Pero vamos a hacer lo mejor que podamos. Ahora, vuelve allí y actúa como si nada estuviera mal. Yo me encargaré de Jean.

—Sí, sí, y Jasper—respondí, dándome la vuelta. —¡CHINGE A TU MADRE, PENDEJU!—grité en un español torpe pero liberador. Mis clases de español debían servir de algo, aunque solo fuera para decir groserías.

Abrí la puerta y salí de la habitación, intentando recuperar mi compostura. El sonido de la música y las conversaciones volvió a inundar mis sentidos. Tomé un respiro profundo y me mezclé con la multitud, tratando de evitar cualquier contacto visual con Jean.

Mientras me movía por la fiesta, sentí una mano en mi hombro. Me giré rápidamente, esperando ver a Jasper, pero en su lugar, me encontré con los ojos de Emma.

—Hey, ¿estás bien?—preguntó, con una expresión preocupada.

—Sí, solo un pequeño contratiempo—respondí, forzando una sonrisa—. Nada de qué preocuparse.

Emma entrecerró los ojos, no completamente convencida, pero decidió no presionar.

—Bueno, si necesitas hablar, estoy aquí—dijo, ofreciéndome una sonrisa.

Asentí, agradecida por su apoyo, pero antes de que pudiera responder, vi a Jean entrar en la sala. Mi corazón dio un vuelco y me quedé paralizada, viendo cómo se acercaba.

—Grace—dijo Jean, su voz llena de una mezcla de sorpresa y resentimiento—. No esperaba verte aquí.

Intenté mantener la calma, aunque era imposible, ella sacaba un lado de mi feo. 

—Jean, hola—dije, intentando sonar casual—. ¿En verdad no esperabas verme aquí? Es la casa de Jasper, y bueno, para ser honesta, tampoco esperaba verte.

THE DAY I MET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora