Martin
El miércoles Juanjo llegó mucho más temprano de lo habitual a la cafetería y descargó el camión a una velocidad admirable. Resulta que era porque nos había comprado un par de cruasanes a los dos para desayunar juntos. Yo preparé dos cafés con leche para acompañarlos y nos pasamos una larga hora hablando y conociéndonos mejor.
Descubrí que Juanjo está estudiando ingeniería naval en la universidad vecina a la mía, pero que a su vez su pasión era la música y por eso estaba trabajando, para pagarse las clases de música en el conservatorio.
Ya había notado por su acento que es de Zaragoza, pero no me imaginaba lo mucho que adora a su pueblo y su música. Yo también le conté un poco de mi pueblo y mis estudios.Sin saber como, sacamos el tema de las parejas y ahí descubrí que por culpa de sus inseguridades Juanjo lleva una gran coraza encima y yo estoy dispuesto a lo que sea para ayudarlo a ser feliz.
Solo fue una charla de una hora, pero durante ese rato compartido noté como la confianza y conexión entre nosotros fortalecía des considerablemente. Y después de ese día tengo algo muy claro y es que me gusta mucho Juanjo.
Juanjo
Me gusta Martin, me gusta mucho y eso me asusta un poco porque no quiero cagarla con él. Desde la charla del miércoles me noto más libre con él, más confiado y eso me da más libertad a enseñarle todo lo que me estoy guardando para mí. Hay una frase suya que se me quedó grabada "Debes ir a tu ritmo, Juanjo, sin prisas y rodearte de personas que te ayuden a confiar. Yo puedo ser una de esas personas si me lo permites". Creo fielmente que Martin va a ser esa persona que me ayude a ser feliz.
Como cada viernes, hoy me toca ir a descargar en la cafetería donde trabaja Martin y por ahora el día no me está yendo muy bien. Había programado una alarma para despertarme un poco más temprano y comprarle una rosa, desde que me había confesado que sus últimos novios/ligues no le habían regalado flores nunca me he propuesto a cambiar eso.
Pero la alarma nunca sonó y hasta llegué tarde al trabajo. Llego a la cafetería donde al parecer está llena de gente y veo a un Martin solo y corriendo de un lugar a otro sirviendo cafés y tostadas. Al no poder saludar-lo como me gustaría comienzo a descargar el camión con una mala cara que no es normal en mí.
Veo como la gente va desalojando la cafetería poco a poco, pero aun así sigo centrado en mi trabajo. No es hasta que la deja una de las últimas cajas en el almacén noto unos brazos rodeándome la cintura desde atrás que no suavizo mi expresión.
- Hola bonito.- Me giro para tenerle de frente y lo abrazo de la cintura para que él me abrace por los hombros.- ¿Día duro?
-Hola Juanji, sí, no ha parado de venir gente hasta ahora, no he podido ni limpiar bien. ¿Tú qué tal?.-
- Ahora muchísimo mejor.- Y lo abrazo más fuerte antes de soltarlo y mirarlo con una sonrisa. De fondo se oyen unos clientes que acaban de entrar y el menor se ve obligado a ir detrás de la barra. Mientras, yo acabo de vaciar el camión y lo dejo bien aparcado para poder quedarme un ratito con mi chico.
Vuelvo a entrar y me encuentro con que Martin ya está limpiando el estropicio que le dejaron anoche. Al verme saca una taza de café con leche que había preparado y la coloca encima de la barra, invitándome a sentarme. Este ya es el tercer café que me prepara y me encanta el detalle de que se esfuerce en dibujar corazón en mis cafés, ya que me he fijado como a otros clientes solo les deja un enorme círculo blanco o si está muy inspirado una especie de hoja.
Veo como sale de la barra con un cubo lleno de agua, supongo que debe ir a limpiar las mesas. Antes de que se vaya muy lejos le atrapo la muñeca y lo tiro hacia mí. Veo como se sorprende, pero no se resiste, entonces lo acerco y le dejo un beso en la mejilla.- Gracias, precioso.- Me regala una enorme sonrisa antes de ir hacia las mesas con las mejillas muy sonrosadas.
Me tomo mi tiempo el desayunar, ya he tenido bastante mala mañana como para que ahora me sienta mal el desayuno. Mientras voy revisando un poco el móvil o me quedo mirando al precioso chico que se encuentra catando flojillo las canciones que suenan en la radio. En algún momento me he quedado embobado en uno de los carteles de ofertas, que seguramente la perfecta y cuidada caligrafía de esta sea de Martin. Es el mismo dueño de mis pensamientos que me vuelve a la realidad.
- Juanjo, si no te importa, necesito un favor.- Se nota que le da un poco de vergüenza pedirme ayuda.
- Si, claro, dime.-
- Pues mira, que necesito limpiar las ventanas de arriba, pero no llego con una silla y era por si podías levantarme, si no te molesta.- Es la persona más mona que he visto en mi vida.
- Claro cariño, vente.- El apodo me ha salido tan natural que ni yo mismo me he dado cuenta.
Nos acercamos hasta las ventanas, son unas 5 en total, y me agacho un poco para que Martin se pueda subir a mis hombros. Con la ayuda de una de mis manos pasa sus dos piernas por mis hombros quedando sentado sobre ellos. No sé cómo sigo vivo, tener a Martin tan de cerca es como un sueño. Con cuidado voy levantándome hasta estar completamente de pie.- ¿Te peso mucho?-
- Martin, ya te lo dije la última vez, no, no pesas-
Desde abajo veo la sonrisa que se le escapa y me siento orgulloso haber sido el que la ha provocado. Después de unos diez minutos y muchas risas Martin acaba de limpiar todos los cristales y muy a mi pesar debo bajarlo. Una vez tiene los pies en el suelo, pasa sus brazos por detrás de mi cuello y me abraza.
- Gracias Juanji.- Y tras decir eso me besa la mejilla como yo lo había hecho anteriormente.
- No hay de qué pequeño.- Le devuelvo el abrazo y nos quedamos unos segundos de más abrazados. - Mañana te paso a recoger al acabar, dame tu número y te escribo cuando venga.- Tengo su número, tengo el número de Martin.- Nos vemos mañana bonito.-- Hasta mañana.- Y tras despedirnos salgo de la cafetería mil veces más contento que cuando he entrado.
Por primera vez ha sido Martin quien me ha pedido contacto físico más allá de un abrazo y él no lo sabe, pero me he dado cuenta de que en el almacén había una escalera nueva que podría haber usado. Haberme pedido ayuda a mí me deja claro que también está buscando lo mismo que yo, enamorarnos.
Me encanta que comentéis <3
(ACTU: No me había fijado que estaba todo junto, perdón :))
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Coffees
FanfictionMartin lleva compaginando sus estudios y su trabajo en la cafetería dos años. Dos años desde que lleva pillado del repartidor de su local.