Capitulo 23: Los Guerreros Ancestrales

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Una grieta se abrió silenciosamente en lo profundo de un remoto rincón del mundo mágico. Nadie supo con certeza cómo ocurrió, pero lo que salió de ella fue algo que nadie jamás había visto. Un pequeño ejército de guerreros ancestrales emergió, sus cuerpos brillando con una luz tenue y extraña. Eran altos, imponentes, y aunque su luz era cegadora, había algo inquietante en su presencia, una sombra de oscuridad que les seguía a cada paso.

Los guerreros no dijeron palabra alguna. Se movían en perfecta sincronización, como si estuvieran conectados por una voluntad compartida. En cada hogar mágico al que llegaban, en cada bosque o cueva que inspeccionaban, siempre realizaban el mismo ritual. Se detenían frente a quienes encontraban en su camino, inclinaban ligeramente sus cabezas, como si estuvieran buscando algo, y tras unos segundos, negaban con la cabeza y seguían su camino.

Los magos y brujas que se cruzaban con ellos estaban aterrorizados. No había explicación para su aparición, ni advertencia de su llegada. Sus ojos brillaban con una luz inquietante, como si pudieran ver más allá de lo visible, como si pudieran escudriñar almas. Nadie se atrevía a detenerlos, ni siquiera los más valientes. Un aura de poder antiguo emanaba de ellos, y cualquier intento de confrontarlos parecía destinado a fracasar.

La noticia se propagó rápidamente por todo el mundo mágico. El pánico se extendió como el fuego en una pradera seca. Algunos pensaban que los guerreros eran heraldos de un cataclismo inminente, otros creían que eran espíritus vengativos, regresando de tiempos antiguos. ¿Qué buscaban? ¿A quiénes buscaban? Nadie lo sabía, y eso era lo que más aterrorizaba a la comunidad mágica.

Día tras día, los guerreros recorrieron aldeas, bosques y montañas, inspeccionando meticulosamente cada rincón del mundo mágico. Sus rituales eran un enigma, y el hecho de que no emitieran palabra alguna solo aumentaba la sensación de terror. Parecía que estaban buscando a alguien o algo muy específico, pero nadie podía entender qué o quién era.

Finalmente, después de semanas de búsquedas infructuosas, los guerreros llegaron al prado donde Hope había sido encontrada tiempo atrás. Aquel lugar, cargado de misterio y magia antigua, parecía resonar con una energía que los guerreros reconocieron de inmediato. Se detuvieron en medio del prado, formando un círculo perfecto. Su luz brillaba con más intensidad que nunca, y comenzaron a realizar un ritual que nadie había visto antes.

El aire alrededor de ellos se volvió denso, cargado de energía mágica. Los guerreros alzaron sus brazos al cielo, y con movimientos lentos y calculados, comenzaron a trazar símbolos en el aire. A medida que sus manos se movían, la tierra bajo ellos comenzó a temblar levemente. Desde el centro del círculo que habían formado, surgió un rayo de luz que ascendió hacia el cielo, atravesando las nubes.

El ritual continuó durante lo que pareció una eternidad, pero en realidad solo fueron minutos. Los guerreros, aún en completo silencio, observaban con atención mientras la luz en el cielo comenzaba a cambiar. Poco a poco, esa luz se convirtió en un haz que apuntaba hacia un solo lugar, como si hubiera marcado el camino que debían seguir.

Sin decir palabra, los guerreros comenzaron a moverse nuevamente, esta vez con un propósito claro. Sabían hacia dónde dirigirse, y no descansarían hasta llegar allí. El prado había sido clave, y ahora sabían quién o qué estaban buscando.

Mientras los guerreros se desvanecían en la distancia, dejando el prado en un silencio abrumador, la comunidad mágica supo que algo más grande estaba en juego. La conexión entre Hope y estos guerreros parecía evidente.

La Orden del Fénix llevaba semanas buscando sin descanso a los misteriosos guerreros ancestrales que habían surgido de la grieta. A pesar de todos sus esfuerzos, estos seres parecían siempre un paso adelante, desapareciendo sin dejar rastro, dejando solo una estela de rumores y miedo. Cada vez que la Orden se acercaba, los guerreros ya se habían movido, como si supieran que eran buscados. Era frustrante, y el cansancio comenzaba a hacer mella en los miembros de la resistencia.

Las Sobras del Pasado (2da parte de Un Vinculo Inesperado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora