¡Silencio!
Solo se oyen las campanas.
La voz interna no sabe cuanto
ruido
puede hacer.Dicen que han matado a una mujer,
con tres espadas
a las tres y media de la tarde.
Ya fue matada— de nuevo—
a las cinco de la mañana.¡Silencio!
Ella no oye más estruendo
que dentro de sí misma.
Tiene un corazón sangrando,
que no deja de latir.Las calles siguen su curso,
los pájaros cantan,
los hombres ríen,
¡Silencio!
Ella no oye más que sus espectros.¡Silencio! ¡Silencio! ¡Silencio!
Todo parece fallecer en ella,
todo,
excepto una eterna esperanza,
¿cómo se mata a esa fe perenne?A veces quisiera matarla,
despojarla,
hacerle entender que es inútil, inservible,
que no debe de quedarse,
pero ¿cómo?Dicen que un hombre
ha matado a una mujer,
con tres espadas
a las tres y media de la tarde.
Ya fue matada— de nuevo—
a las cinco de la mañana.¡Silencio! ¡Es él el asesino!
Las calles siguen su curso,
los pájaros cantan,
los hombres ríen,
¡Cielos! ¡Tierra! ¡Es él el asesino!¡Es él el asesino!
¡Es él quien enciende a su fe!
¡Él solo puede matar a la esperanza!¡Silencio! ¡Silencio! ¡Silencio!
Dicen que han matado a una mujer,
con tres espadas
a las tres y media de la tarde.
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Recuerdos Del Galicinio.
Poesía"Recuerdos del Galicinio" es un poemario que abarca temas trascendentales. Pasa, en primer lugar, por el amor, el desamor y el sentimentalismo. El yo lírico va nadando alrededor de un ambiente condicionado por el misterio de la muerte, el sentido...