04. Mi pesadilla

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Mi pesadilla - Morat

Ya habían pasado diez días desde ese jueves por la noche en que la vi por primera y ultima vez en aquel bar, y no hay noche que no la haya buscado.

Estaba tan desesperado, no tenía manera para comunicarme con ella o saber al menos su nombre, le pregunté a una de las chicas que trabaja ahí en el turno nocturno si recordaba a aquella chica pero sus respuestas fueron nulas, hasta se sintió un poco tenso el ambiente por su intento de coqueteo.

Lo único que me mantenía con la mente despejada de ese tema, era hablar con la chica misteriosa por medio del libro verde, era rara la cercanía y conexión que se sentía a traves del papel. O quizás así lo sentía yo y me estaba volviendo loco.

Tambien era raro no saber su nombre y referirme hacía ella con ése término.

A pesar de que llevamos varios días manteniendo comunicación, no se nos ha dado la conversación acerca de nuestros nombres.

La primera y última vez que intente hacer trampa para descubrir cómo era, no salió como esperaba.

Mau y yo llevamos a cabo la operación encubierta, pero era algo extraño que saliera mal. Al final ella termino descubriendo parte del plan acerca de llevarla a una pizzería donde claramente estaría rodeada de personas; aún recuerdo ese día con algo de humor.

-¿Cómo que no la viste? -pregunté mientras sacudía el libro frente a su cara.

-Era la hora del almuerzo -dijo Mau, mientras servía una rebanada de pizza.

-¿Y las cámaras de seguridad?

-Que cámaras ni que cámaras.

-Dijiste que era una operación encubierta.

-Si, pero es una pizzería -contrataco- ah, y te dejó un mensaje.

-¿Qué?

Abrí el libro, llevándome la sorpresa de que mi plan no podía seguir.

"Buen intento..."

Levanté la cabeza para observar a Mau, quien parecía ya haber leído lo que decía.

"Me enviaste a una trampa"

-Amigo, ¿Qué? ¿Cómo podría saberlo?

-Oh, y se pone peor, si... mucho peor -dijo pasando por mi lado para irse detrás del mostrador.

"Me siento halagada, chico misterioso, pero no soy tan fácil de atrapar.

Si quieres saber más sobre mí, tendrás que hacerlo por este cuaderno. Y si quieres saber mi nombre, tendrás que ganártelo... con un desafío."

Y así es como llegué hasta este punto, verán...

En estos días descubrimos ciertas cosas el uno del otro, y una de las cosas que supo fácilmente era sobre que odio la navidad.

O quizás no la odio, pero mis buenas energías son tan nulas este año que mi amor por la navidad se ha disipado. Y al parecer ella usó eso como un punto a su favor.

𝐂𝐥𝐨𝐬𝐞 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮 • 𝐡𝐮𝐦𝐛𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora