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A la mañana siguiente, el plan era darle la galleta a Ben y yo fuera la primera persona que viera, así él se enamora de mí y en su coronación yo puedo robar la varita y huir de ahí.

Guarde las galletas en una bolsita de plástico y las puse en mi chaqueta, fui a mi casillero y me quedé ahí a esperar a que el príncipe viniera a esta zona por sus libros.

Los chicos estaban cerca, pero no lo suficiente para que fueran vistos. Saque las galletas de chaqueta para poder verlas, suspiré y reflexione un poco.

¿De verdad haré esto? ¿Quiero tener a un príncipe mimado tras de mí?

No pude pensar a gusto ya que el mismo chico fastidioso de antes se acercó a mi con una sonrisa.

-Rojita- Saludó recargándose en el locker de a un lado de mi- ¿Qué tienes ahí?

Antes de que pudiera impedir de que tomará la galleta que tenía en mi mano, se la comió, y no solo una pequeña mordida, sino toda la galleta. En mi cara se formó la preocupación y sorpresa, mis ojos se abrieron ligeramente y mis labios también.

Mal rápido corrió hacia nosotros- carajo.

Enzo parpadeo un par de veces y se me quedo viendo de una manera rara. Formo una media sonrisa y estiro su mano para colocar un mechón de pelo que tenía en la cara para colocarlo detrás de mi oreja.

-¿Sabes? Tu pelo siempre me gusto, hace que tus ojos y las pocas pequitas que tienes resalten- Dijo el chico acercándose a mí.

No tuve tiempo de reaccionar porque Carlos a lo lejos me indico que Ben se acercaba, voltee a ver preocupada a Mal.

-No lo haré- Solté y le intenté dar las galletas- No tendré a dos principitos babeando por mi, no lo toleraré.

-Ceder no es una opción, yo me encargaré de él, pero tu debes seguir con el plan hacia Ben- Tomó del brazo a Enzo y lo alejo de mí, llevándoselo con ella.

Suspiré y tomé un poco fuerte las galletas en mi mano, una vez que Ben estaba solo me acerqué a él con la sonrisa más fingida que pude.

-Hola, Bennybú- Me burlé de él mientras me posaba frente a él.

-Mila, hola- Devolvió el saludo con una sonrisa, pero a diferencia de la mía, la suya era genuina.

-Anoche los chicos y yo preparamos galletas, y pensé en guardarte unas pocas- Intentaba mentir lo mejor que podía- He sido grosera contigo, así que esto es una disculpa.

-Ah, no, hay un juego importante y no como antes. Pero muchísimas gracias. Gracias- Rechazo amablemente a mi postre mientras intentaba irse.

Fingí tristeza- Lo entiendo a la perfección lo que pasa. ¨Cuidado con lo que te den los hijos de los villanos¨, desconfías de mí, está bien.

Ben intentó justificarse, pero yo lo interrumpía haciendo drama.

Tomé una galleta y la acerqué a mi boca- Yo que quería hacer las paces contigo.

-No,no. Oye...- Me quito la galleta de la mano y le dio un mordisco-¿Ves? Confió en ti. Plenamente.

Sonreí victoriosa y vi a mis amigos acercarse lentamente a nosotros, regresé mi vista a Ben y él me veía de la misma manera en la que Enzo lo había hecho.

-¿Qué tal están?- Intentaba que su vista estuviera en mí para que el hechizo funcionara.

-¡Son geniales! ¡Increíbles!- Decía mientras agacho su mirada a la galleta.

Empezó a tartamudear y decir casi todos los ingredientes que contenía la galleta, se aclaraba la garganta cada que se ponía nervioso, que era muy seguido. Los chicos terminaron posicionándose a nuestro lado mientras Jay puso sus manos sobre sus hombros.

Heart on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora