cap doce :⁠-⁠*

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Freen levantó un dedo.

-Regla número uno. Desde ahora en adelante, me avisarás dónde y con quién deseas salir. No quiero que algo malo te pueda pasar y no saber dónde encontrarte. Y yo decidiré si v o no

-¿Qué? ¡No! ¡Yo puedo salir con quién quiera y cuando sea!

Freen continuó como si ella no hubiese hablado.

-Dos-dijo-Podrás salir todo lo que quieras dependiendo de lo que pase con la regla uno, siempre y cuando a la acordada que será hasta las 10. Ni una hora más, o se. severamente castigada.

Becky abrió la boca para protestar, pero la volvió a cerrar al darse cuenta de que sus berrinches no servirían para nada. Relajó su postura y se obligó a seguir escuchándola.

-¿Y la tercera?

Otro dedo.

-No volverás a ver a esa tal Charlotte.

Becky abrió los ojos a tope. Vale, era capaz de soportar más dos primeras reglas ¿Pero la tercera? ¡Jamás!

-¡Estás loca! - exclamó eufórica -charlotte es como mi hermana, y te guste o no, seguiré viéndola cuántas veces se me plazca.

Mientras ella hablaba. Freen le echó una rápida mirada a la pared que estaba tras ella e imaginó lo magnífico que sería apoyarla contra aquella y penetrarla una y otra vez. Humedeciéndose los labios con la lengua, Freen se volvió a dirigir a ella.

-Vas a cumplir las reglas te guste o no.

-Pues no estoy de acuerdo - levantó la barbilla, desafiándola -Me niego a cumplir con la tercera regla.

-Mmm... Vale, quizá puedas hacer algo para cambiarla, pero debes cumplir con las primeras dos, si o sí.

-Oblígame prro.

Lejos de intimidarla, sus palabras la incitaron a hacer con ella lo que hace segundos se imaginó. La acorraló contra la pared, prohibiendo así que se escapara.

-Tú no... Tú no eres mi madre - susurró ella, ignorando la mano de Freen que empezaba a recorrerle el muslo.

-Es verdad, pero tengo autoridad sobre ti. Estás bajo mi cuidado y protección. Y puedo hacer contigo lo que sea- enterró su nariz sobre su pelo, aspirando ese exquisito olor a vainilla -Cumplirás con más reglas. Promételo.

-No,- su voz sonó entrecortada. Ella maldijo por lo bajo.

-Sí lo harás - Y la besó, tan intensamente, que ella sintió sus rodillas temblar.

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Mi tía sucia (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora