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Maratón 3/9

-¿En efectivo o con tarjeta? - le preguntó la chica, al mismo tiempo que mordía su carnoso labio inferior.

-Con tarjeta- contestó Freen.

La vendedora cogió y dobló la falda junto con las camisetas de becky que a duras penas se las entregó. Becky miró mal a la mujer por enésima vez cuando se giró y se agachó, buscando unas bolsas, o tal vez... Para colocarle todo su culo en la cara de Freen. Becky frunció el ceño volteándose enojada. Freen por su lado carcajeó.

-Gracias por su compra. - dijo la vendedora, inclinándose en el mostrador, haciendo que la abertura del cuello de su camisa se abriera dejando a la vista unos grandes y voluptuosos pechos blancos. Freen bajó la mirada, pero al instante la quitó.

-Gracias a ti.- dijo sonriendo y agarrando las bolsas.

-¡Me llamo Amanda, por si acaso!- gritó para que la escuchara, en cuanto Freen y becky se alejaron.

Freen solo se rió por lo bajo. Becky rechinó los dientes, roja de la rabia y golpeó a Freen en el hombro. Aunque leve, logró captar la atención de la mayor.

-¿Qué?

-Con que soy la única muñequita de tus ojos, ¿Eh? - dijo irónica.

-Vamos, no te enojes pequeña... Además ni siquiera hice nada.

-Eres una cerda que le mira las tetas a la primera mujer que se te cruza por delante. Estúpida, tonta. - masculló.

-Mmh... Te ves jodidamente sexy cuando me insultas.

Becky se sonrojó. Era imposible tener una conversación seria con ella sin que le dijera algo que la hubiera sonrojado.

-Tú siempre mezclando las cosas, eres tan... tan...

-¿Tan qué? - preguntó Freen alzando una ceja divertida.

-¡Tan terca! Una idiota que piensa con la cabeza... ¡Pero la del pene!

Freen entrecerró los ojos.

-Eso no es lo que decías el otro día mientras me montabas.

Becky sintió sus arder, por enésima vez.

-Es toda tu culpa.

-¿Mi culpa? No que fuera la única calentona aquí.

-Tú me pones así.

-Me alegra oír eso. - dijo, sonriendo pícaramente. -Me encantas.

-¿Aún con mi celos y todo eso? -preguntó con una inocencia que Freen no se creyó ni por un segundo.

-Absolutamente todo. Me fascinas. - dijo y tomó su rostro con las manos, para luego acercarla hacia ella y devorarla con un beso hambriento.

Después de haber recorrido unas cuantas tiendas más del centro comercial, compraron útiles y zapatos para becky. Decidieron tomarse un descanso, al sentarse en una de las bancas mientras tomaban de sus bebidas antes de volver a casa.

-¿Sabes, becky? - habló Freen, con la mirada fija en su bebida -He estado pensando en algo...

-¿En qué? - dijo y bebió de su coca cola.

-Crel que es tiempo de dar el segundo paso. Quiero que nuestra relación sea más formal. -dijo tratando de que ella entendiera la indirecta. Pero becky no la captó.

-¿A qué te refieres?- preguntó, frunciendo el seño

-Me refiero a decirles a Irene y a Marcela sobre nuestra relación.

Becky casi escupió la bebida en su cara. ¿Había escuchado bien?

-¿Hablas en serio?

-Sí. - suspiró -Yo... Ya estoy cansada de más mentiras. Quiero que lo sepan... que sepan que a la mujer a quien amor eres tú.

-Yo... No lo sé. - agachó la mirada.

-Amor. - le levantó el mentón con un dedo -Mírame, sabes que tarde o temprano lo sabrán.

-Lo sé, pero es que... - suspiró -¿Y si se lo toman mal?

-Tendrán que tomárselo bien, le guste o no. No te preocupes, ¿Por qué tanto miedo? Ni soy tu tía de sangre. ¿O sí?

Ella solo negó con la cabeza.

-Vamos, no estés nerviosa, corazón.

-Está bien. - dijo insegura. Sabía que la decisión de decirle a su madre y su madrastra sobre su relación, era un gran paso. Estaba consciente de ello, pero al igual que Freen, ya estaba harta de las mentiras. Ya no quería ocultar lo que sentía por Freen, y menos con su propia familia. -Quiero hacerlo.

-Vale. - sonrió -Le diremos primero a Marcela y después a Irene, ya que Marcela es más tranquila en comparación a Irene.

-Perfecto, ¿Cuándo se lo diremos?

-Pronto.

Mi tía sucia (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora