¿Alguna vez has sentido que tu vida no es tan normal como parece? Kasia siempre lo supo. A pesar de la insistencia de sus padres en que todo estaba bien, ella no podía evitar sentir que algo faltaba, que había un secreto oculto bajo la superficie de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kasia
El suelo bajo mis pies parecía desvanecerse.
El vértigo que sentía no se debía sólo al vacío, sino a la insólita propuesta de mi novio.
—¿Una relación abierta? —repetí por enésima vez, caminando de un lado a otro en mi habitación—. ¿Cómo se supone que eso va a funcionar? Es como no tener una relación o... como una forma de ser infiel.
Mi mente estaba atrapada en un torbellino de confusión e incredulidad. ¿Acaso no confiaba en mí como yo creía? ¿O simplemente no era capaz de mantener la fidelidad que yo esperaba?
—Kasia, por favor, no exageres. —¿Yo, exagerada?
Sentí una mezcla de furia y frustración encenderse en mi interior. Solo pensar en la posibilidad de que Ryan estuviera con otra mujer me revolvía el estómago.
—¿Exagerada? ¿Cómo quieres que actúe cuando me estás proponiendo algo así? Una relación abierta... —Mi exasperación crecía con cada palabra. Ryan se acercó, tratando de tomarme de las muñecas para calmarme.
—Oye, te vas a otro país, tenemos necesidades, por dios —argumentó, como si aquello justificara todo.
—Es solo un año —le repliqué con firmeza.
—Un año en el que no tendremos sexo —soltó, exasperado. Me aparté bruscamente, clavando mis ojos en los suyos.
—Es como si me estuvieras siendo infiel —La idea me repugnaba. No podía concebir compartir a mi pareja, dividir su amor y su atención con otras personas.
—No es lo mismo si ambos estamos de acuerdo —insistió, su voz pretendiendo sonar razonable.
—No, no es lo mismo —exclamé, sintiendo cómo la desesperación empezaba a brotar en mi pecho.
—En serio, Kasia, no es tan complicado. Podemos mantener nuestra conexión, explorar otras cosas y, después de ese año, regresaremos más fuertes que nunca. —Se acercó de nuevo, sujetando mi rostro entre sus manos.
Sus palabras resonaban en mi mente como un eco vacío, una promesa hueca sacada de un manual de autoayuda. Estaba tratando de convencerme con argumentos que no lograban conmoverme.
—No puedo creer que estés sugiriendo esto como si fuera algo normal. ¿Cómo se supone que voy a confiar en que todo estará bien? —La impotencia y la desilusión se instalaron en mi pecho, como una presión constante. La duda me corroía. ¿Podría soportar la idea de que Ryan estuviera con otra mujer? ¿Y si se enamoraba de ella?
—Kasia, confío en nosotros, en lo que hemos construido. Una relación abierta puede fortalecernos, darnos libertad. —Sus palabras sonaban como un chantaje emocional, como si me obligara a elegir entre su amor y mi propia dignidad.