Capítulo Quince

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Segunda oportunidad

«—Mi corazón tiene miedo.

—No soy ningún rompecorazones, James.

—Se lo diré, pero ¿y si no me escucha?».

-James y David

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Build y Bible volvieron de Londres. Su vuelo aterrizó con retraso y, cuando llegaron al Aquarius, Venecia se había quedado dormida en el sofá al lado de Alanís.

Build se quedó de pie en medio del salón, sudoroso por el viaje y por la emocionante sesión de frotamientos que había tenido con Bible en el hotel antes de salir hacia el aeropuerto. Quería envolver a Alanís en un gran abrazo, pero estaba casi seguro de que olía a avión, a sexo y a Bible, y no tenía claro cómo lidiaría si la chica le hacía alguna broma al respecto.

¿Podría Build admitir la verdad sin más?

¿O iban a callárselo?

¿Cómo tenían que actuar entre ellos ahora?

Londres había sido una zona libre de preocupaciones y Build se había acurrucado con Bible con total libertad, incluso en las calles llenas de gente, donde todo el mundo podía verlos.

Ahora estaban de vuelta, el Aquarius bamboleándose bajo sus pies mientras Build se bamboleaba en la inseguridad del no saber.

Bible dejó su equipaje en el suelo y dio las gracias a Alanís, agarrando en brazos a Venecia, que se estiró, con la cabeza apoyada en el pecho de su padre. Bible le dio un beso en la frente y le dijo que estaba feliz de estar en casa.

A Build se le encogió el pecho.

Estaban en casa.

Dios, cómo le gustaría ser parte de este hogar.

Alanís se fue y Build bajó las maletas al piso de abajo. Se oía a padre e hija hablar en susurros, sus voces llegando hasta la puerta del camarote de Bible, donde Build estaba apoyado.

Le temblaba todo el cuerpo ante la necesidad de abrir la puerta; su estómago era un amasijo de nervios mientras esperaba fuera con las cosas de Bible. ¿Habría cambiado la situación ahora que se estaban acostando juntos? ¿Lo dejaría entrar en su cuarto? ¿Y en su corazón?

¿Estar esperándolo aquí sería presionar demasiado?

Al fin y al cabo, se suponía que Build era la liebre.

A regañadientes, se separó de la puerta de Bible, tomó sus cosas y se fue a las duchas del puerto.

Quince minutos más tarde, revitalizado y oliendo a jabón y a champú de vainilla, regresó al Aquarius con una toalla húmeda al cuello. Se cruzó con Bible en el salón, apenas iluminado por la luz procedente de la cocina, y sus miradas se encontraron por primera vez desde que habían vuelto a poner un pie en el barco. El corazón de Build hizo un triple mortal y agarró los extremos de su toalla, tirando de ellos.

—Ey.

—Ey —contestó Bible recolocándose la bolsa que llevaba al hombro y haciendo un gesto que decía que necesitaba una ducha.

Cuando reanudó la marcha hacia la puerta, Build lo agarró del asa de la bolsa y le hizo darse la vuelta.

—Espera un momento —dijo, mordiéndose el labio—. ¿Vas a volver a tu actitud pre-Londres, o qué?

Cancer x AcuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora