En el abismo de la domesticidad
donde la comodidad se descompone
en grasas y restos
en el fondo de una mente trastornada
late un corazón asesinado
por su propia mano.
Un espacio donde la luz no penetra
solo la suciedad y el desorden de una traición
íntima.
La superficie está cubierta de una costra
piel inversa
quemado por fuera.
El olor a escocer
se eleva como un incienso macabro
un recordatorio constante
de mi propia mente expuesta.En este pozo de desechos
las moléculas del momento
se agitan en un baile desnudo
como danzantes del doble interior.
El calor del otro
es como la respiración de un demonio
que sopla vida
en este caos de deceso.Mis ojos son la vidriera de mi alma
un reflejo de mi propia podredumbre final.
Lugar donde la luz no me alcanza
recordatorio constante de que
al final
solo soy basura espacial.
Me acumulo
en las capas de mi propia conciencia.
Aislamiento adherido a las necesidades
como un lindo gesto que no se puede limpiar.
Soy
un pozo sin fondo
un retrato de oscuridad y roturas frescas
que atrae con su fuerza gravitatoria.
En este pozo
me sumerjo
en un baño de ácido pensantes
y de cadáveres emocionales.
Me llevo por la corriente de la inestabilidad
hasta ahogarme
en mi propio tejido neuronal.
Ingested