Solo
Voy contando los pasos, acercándome a mis límites, hasta llegar a los confines de mi ser. He hecho una isla frente al final, donde mi pecho late con fuerza, pero mi alma se siente aprisionada. Y no sé cómo parar, siendo un espectro, que se desvanece en el aire, y sin direccional, suelto el manubrio...
Muero
Pero, ¿cómo podría sucumbir, rodeado de tantas armaduras creadas a través de los años? A veces, me brindan fuerza en batallas que puedo ganar, y otras veces, me sostienen en guerras que se libran en mi interior, más allá de mis lágrimas saladas. Y tal vez, sólo tal vez, cuando asesine mi tiempo, me transformaré en luz, filtrándome a través de las vidrieras de mi alma, y daré forma a mi silencio desde las alturas del cielo.
En mi mente
Una multitud de voces hablan al unísono, creando un coro que resuena a través del túnel de mi mente. Y cómo callarlas, si no encuentro un momento de silencio, un espacio en blanco donde pueda respirar. Mi cabeza se pierde en el laberinto de mis jodidos pensamientos, decapitada por la vorágine de mis ideas. Con frecuencia, me dejo arrastrar por los inviernos de mi corazón, sin resistirme, y permito que mis sentimientos me consuman sin luchar. Vivo en un cementerio mental, donde las palabras que conviven en mi interior no encuentran eco en el exterior, permaneciendo enterradas en silencio.
Daniel Caesar
