15 Soliloquio III

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Con cada inalada nocturna
mi alma es la nave que desaparece
olas de pensamientos se elevan
mi mente surfea en tormentas
en la quietud de horas muertas.
Hablo conmigo mismo
en un diálogo sin fin
buscando respuesta
a respuestas que no tengo.
Brilla la luna en lo alto
testigo mudo de dos piezas peleando
viendo como el anfitrión pierde
en su alfombra blanca.
Las estrellas parpadean
me busco y me encuentro
en un laberinto de ansiedad
donde la luz es un espejo
multiplicándome a millares mentales.
Pero, sigo hablando
con esta voz que es mía
en los ecos sin fin
donde la verdad es una quimera.


TURIN

𝓝𝓪𝓭𝓲𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora