Paté 1
Jon desembarcó en un bullicioso puerto inglés, sus ojos escaneando el ajetreo de la ciudad con una mezcla de asombro y desorientación. Los altos edificios de acero y vidrio, los automóviles que zumbaban a su alrededor y el constante murmullo de la gente lo abrumaban. Vestido con su armadura griega, se sentía como un extraño en un mundo completamente ajeno.
Durante el día, Jon vagó por las calles, atrayendo miradas curiosas y comentarios burlones. Los niños señalaban y susurraban, los adultos lo miraban con una mezcla de curiosidad y desdén. Jon no entendía por qué todos lo miraban de esa manera. ¿Acaso no era normal vestir una armadura?
Al caer la noche, agotado y hambriento, Jon se refugió en un pequeño parque. Se acurrucó en un banco, tratando de ignorar el frío y el ruido de la ciudad. De pronto, una voz lo sobresaltó:
—Joven, ¿qué haces durmiendo aquí? ¿Estás perdido?
Jon se sobresaltó y se puso en guardia. La voz pertenecía a una anciana, con el rostro arrugado por el tiempo pero con una mirada amable.
—Señora... yo... —balbuceó Jon, sin saber qué decir.
—Ven, siéntate aquí conmigo. ¿Por qué estás vestido así y solo?
Jon, asustado y extrañando la seguridad de Themyscira, se quedó callado. La anciana, interpretando su silencio, le ofreció una taza de té caliente.
—No te preocupes, hijo. No te haré daño.
Jon aceptó tímidamente la taza, sintiendo un poco de calor en su corazón por primera vez desde que había llegado a la ciudad.
Los días siguientes fueron una continua lucha para Jon. Dormía en parques, en estaciones de tren y en cualquier lugar que encontraba un poco de sombra. Se alimentaba de lo que encontraba en la basura o de la caridad de los transeúntes. A pesar de sus dificultades, Jon intentaba mantener una actitud positiva, recordando las palabras de su abuela.
Un día, mientras vagaba por las calles, se encontró con un grupo de niños, todos ellos sucios y harapientos. Al principio, los niños lo miraron con desconfianza, pero pronto se dieron cuenta de que Jon era tan perdido como ellos.
—Oye, ¿por qué vas vestido así? —le preguntó uno de los niños, con una sonrisa burlona.
—Soy un guerrero —respondió Jon con orgullo.
Los niños se echaron a reír.
—¿Guerrero? ¿En serio? ¿Y dónde está tu caballo? ¿Y tu oráculo?
Jon se quedó pensando por un momento. ¿Caballo? ¿Oráculo? ¿Qué eran esas cosas?
—Mi caballo está en el establo y mi oráculo está en el templo —respondió ingenuamente.
Los niños se desternillaban de la risa. Jon no entendía por qué se reían, pero se sentía feliz de haber hecho algunos amigos.
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El Guerrero de dos mundos
RandomCréame que la historia es mucho mejor que la portada es que soy escritor no diseñador La historia trata de un nuevo personaje de DC que invente y hijo de Superman y woder woman pero sus historias no son eclipsadas por sus padres se que algunas cosa...