Evan había estado ocupado en la cocina, preparando una cena sencilla para todos. El ruido de las ollas y el suave murmullo del fuego le ofrecían una distracción de sus propios pensamientos, que últimamente se habían vuelto más turbulentos. Los días pasaban y el sireno se adaptaba cada vez más a su nueva forma, y la relación entre Noah y el sireno se volvía cada vez más cercana. Aunque Evan trataba de no prestarle mucha atención, no podía evitar notar los momentos de intimidad entre ellos, los miradas y los toques que antes le parecían inofensivos.
Esa noche, Evan se sentía inquieto. Decidió buscar en la habitación de Noah un libro para distraerse mientras la cena se cocinaba. El silencio en la casa era profundo, solo interrumpido por el sonido ocasional de las gotas de agua en el grifo. Cuando llegó frente a la puerta del dormitorio de Noah, le pareció escuchar un ruido extraño, casi como un gemido.
Intrigado y un poco inquieto, Evan se acercó a la puerta y la abrió lentamente, tratando de no hacer ruido. La visión que encontró en el interior lo dejó paralizado.
Noah estaba de rodillas frente al sireno, que estaba sentado en el borde de la cama. El sireno, con sus nuevas piernas parcialmente visibles, estaba inclinado hacia atrás, sus ojos cerrados en una mezcla de placer y éxtasis. Noah estaba realizando una felación al sireno, y los gemidos del sireno llenaban la habitación con un sonido especial, una mezcla de sensualidad y desespero que resonaba con una calidad casi melódica.
Evan se quedó paralizado en la entrada, sin poder apartar la vista de la escena delante de él. El rostro de Noah estaba concentrado, mientras el sireno se arqueaba hacia atrás, sus manos aferrándose a las sábanas mientras el placer lo envolvía. La situación era intensa y cargada de una energía que Evan no podía comprender del todo.
La mente de Evan estaba en una tormenta de confusión y celos. No entendía por qué se sentía tan perturbado, por qué una ola de celos y enojo lo embargaba al ver a su hermano en esa situación con el sireno. Parte de él quería entrar y confrontar a Noah, pero otro lado de él sentía que no tenía derecho a intervenir.
Finalmente, sin querer ser visto, Evan retrocedió lentamente, cerrando la puerta con cuidado. Su corazón latía con fuerza mientras se alejaba, la mente aturullada por una serie de emociones contradictorias. En la cocina, la comida seguía cociéndose, pero Evan no tenía el apetito para disfrutarla. Se sentó en una silla, sintiéndose abrumado por la situación y por sus propios sentimientos.
La noche se convirtió en un ciclo de pensamientos y emociones sin resolver, mientras Evan luchaba por entender su propia reacción y el creciente conflicto interno que experimentaba.
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MI MAR INTERNO
Random*sin terminar* Evan encuentra su vida alterada cuando, en medio de una tormenta, descubre una criatura marina herida en la playa. Decidiendo llevarla a su hogar para cuidarla, se encuentra envuelto en una experiencia surrealista que desafía sus emoc...