Capítulo 4

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𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐳 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝

Durante los meses que siguieron, los días transcurrieron con tranquilidad y expectativa

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Durante los meses que siguieron, los días transcurrieron con tranquilidad y expectativa. Dai y Shiro, ahora con 15 años, veían cómo la graduación de la secundaria se acercaba poco a poco. La emoción y el nerviosismo se iban acumulando con cada día que pasaba, pues pronto dejarían atrás la comodidad de la escuela secundaria y darían un salto hacia el mundo más desafiante de la vida. 

A medida que avanzaban en sus estudios y preparaban sus proyectos finales, los dos amigos compartían cada experiencia y momento en medio de los preparativos para la graduación. Las tardes de estudios, los almuerzos en el parque y los intercambios de anécdotas se convertían en una constante en su rutina escolar.

Durante los meses que transcurrieron, Dai siguió manteniendo contacto regular con la vidente de la misteriosa tienda. En esas visitas, ella siguió recibiendo apoyo y guía para comprender los sueños y la conexión con el personaje Escanor. Con cada sesión, los detalles se volvían más claros y la relación se sentía más real en la mente de Dai.

Cada encuentro con la vidente le proporcionaba una nueva perspectiva y revelaciones acerca de los acontecimientos que estaban ocurriendo en su vida. Las conversaciones profundas y las interpretaciones de los sueños ayudaban a Dai a ver el camino más claro y a comprender los mensajes detrás de los eventos místicos de su vida.

Mientras salían de la escuela aquel día, Dai caminaba junto a Shiro, disfrutando de su compañía como siempre solían hacer. La amistad entre ellos se había fortalecido con el tiempo, y cada día se sentía más cercana. Shiro siempre se aseguraba de acompañarla a casa, compartiendo anécdotas, risas y momentos de conversación durante el trayecto.

Con cada día que pasaba, su relación se volvía más sólida y genuina. Compartían confidencias, bromas y momentos de apoyo mutuo que iban más allá de una simple amistad. La presencia de Shiro se había convertido en una constante en la vida de Dai, aportando estabilidad y calidez en medio del torbellino de emociones que estaba experimentando últimamente.

Mientras caminaban juntos hacia la casa de Dai, Shiro rompió el silencio con una pregunta amistosa. -Dai -dijo él, lanzando una mirada en su dirección-, ¿cuándo crees que tendremos tiempo para entrenar juntos de nuevo? Hace un tiempo que no nos ejercitamos juntos.

La mención de los entrenamientos hizo que Dai sonriera ligeramente, recordando los momentos compartidos practicando y mejorando sus habilidades. Cada uno tenía sus propias fortalezas y debilidades, pero había un compañerismo y una camaradería en sus sesiones de entrenamiento que siempre los hacía volver por más.

-Sí, tienes razón -concedió Dai, asintiendo con la cabeza – Ha pasado un tiempo desde la última vez que entrenamos. Con nuestros estudios y todo lo demás, ha sido un poco difícil encontrar el tiempo y la energía para eso.

¿𝙈𝙞 𝙥𝙧𝙤𝙥𝙤𝙨𝙞𝙩𝙤? (bnha x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora