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Cuando una ola se estrella en la orilla, se disuelve hasta ser nada. La arena absorbe la pureza del agua, y la convierte en neblina.

Cuando una ola se estrella con otra, la atracción la hace crecer, volverse más salvaje, dejando la armonía del océano permanecer intacta. Romper esa armonía lastimaría no solo a las olas, sino al océano entero. 

Dicen que cuando dos hombres se besan, deben sentir una creciente enfermedad desde el fondo de su estómago. Esa enfermedad puede crecer y consumirlos por completo a menos que alguien le ponga fin y les enseñe lo que es correcto.

Fourth no sentía una enfermedad de ningún tipo. 

Solo una inmensa duda. 

Muy temprano en la mañana después de ese día, Fourth despertó con unos suaves labios sobre los suyos, esa simple acción haciéndolo sobresaltarse, apretando las sábanas en sus manos antes de saber que estaba pasando. Cuando abrió los ojos, vio a Prim sonriendo, su aliento mentolado sobre su rostro. 

"Tengo que irme. Aún es muy temprano así que vuelve a dormir. Te hice el desayuno, está en la cocina" dijo Prim y Fourth asintió débilmente, para después recibir un rápido beso en los labios.

Sus labios contra los de Prim fueron lo que le recordó lo que estaba bien y lo que estaba mal. Esto, esto era lo que estaba bien. Era su virtud, a lo que debía obedecer si tuviera un poco de moral, así que se levantó en un movimiento casi doloroso y besó a Prim un poco más firme, asegurándose de que sintiera todo. 

Prim sonrió sobre sus labios y se alejó después de unos momentos, sonrojada. "Voy a extrañarte" le dijo. 

"Voy a extrañarte también. Llámame" Fourth le respondió y Prim asintió. 

"Por supuesto que lo hare, te amo" le dijo ella, besando su mejilla. 

"Te amo también. Déjame llevarte hasta la puerta." Fourth dijo y Prim sacudió la cabeza "Oh, no, hace mucho frio allá afuera, no quiero que te enfermes" Prim le respondió y Fourth se levantó de la cama.

"No te preocupes por mí, Prim" Fourth dijo sonriendo, apartando unos mechones de cabello de su rostro. "Espero que aproveches estos días para pensar en ti misma" 

"Espero que aproveches estos días para encontrar tus propios intereses" le respondió ella, riendo. 

"No creo que te guste que lo haga"

Fourth tomó un abrigo y se lo puso rápidamente antes de cargar la maleta de Prim y salir de su habitación. Ella caminó tras él "No tienes que-" 

"Prim, ¿no crees que te preocupas demasiado? Soy tu esposo, tengo que cuidar de ti." Fourth dijo suavemente y Prim asintió, mirando al piso. Fourth besó su frente y después abrió la puerta para salir.

Hacía frio afuera, el cielo aún estaba oscuro. Un coche estaba esperando afuera de su casa con las luces encendidas. Era plateado, brillante, con el techo perfectamente cuadrado. Fourth vio a Jenn sentada en el asiento del conductor "Bueno, Jenn me dijo que va a conducir hasta allá, supongo que está bien" Prim dijo y Fourth gruñó. 

Bajó las escaleras de su casa hasta la calle, detrás del coche del que Jenn salió, viendo a Prim y dándole un abrazo mientras Fourth abría el maletero del coche. 

"Déjame ayudarte" dijo una voz y Fourth levantó la vista sorprendido de ver a Gemini con su cabello rubio cayendo por su frente hasta sus ojos.

Fourth cargó las maletas y el mismo las puso dentro del coche, cerrándolo después. "No necesito tu ayuda, muchas gracias" dijo con rudeza antes de darse la vuelta.

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