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Había pasado una semana desde que Jenn se fue. El clima se había vuelto más cálido y la fría y opaca niebla de Londres se estaba convirtiendo en una sonrojada primavera. Los árboles se volvían más verdes, sus retoños comenzaban a florecer con vívidos pétalos. Se quitaron los abrigos y la gente volvió a llenar las calles.

Fourth tenía un pañuelo azul atado alrededor de los ojos y las muñecas envueltas con otro pañuelo escarlata que las sujetaba a la cama. Estaba desnudo, retorciéndose en la cama de Gemini, dejando escapar gemidos y gritos jadeantes.

"Mi hermoso ángel" Fourth escuchó la voz ronca de Gemini decir. Gemini besó el pecho desnudo de Fourth, haciendo pequeños círculos con una mano en la línea de su cintura mientras con la otra metía dos dedos dentro del chico. Fourth movió sus caderas, un quejido decepcionado dejando sus delicados labios al no sentir fricción.

"G-Gemini -" tartamudeó, moviendo la cabeza de un lado a otro, frenético. "Nngh-bésame- b-bésame-"

"Por supuesto" susurró Gemini, y lo besó. Fourth sintió los dedos de Gemini empujarse más hacia arriba y alcanzar su próstata, gimiendo en el beso, finalmente sintiendo el cuerpo vestido de Gemini contra su polla. Fourth se empujó hacia arriba, vergonzosamente necesitado, queriendo nada más que a Gemini para tocarlo por todas partes.

Había estado con Gemini todos los días durante la semana pasada. En el momento en que terminaban sus clases, Gemini lo recogía y lo llevaba de regreso a su hogar. Fourth volvía a lo suyo a veces, por periodos cortos, pero Gemini siempre lo convencía de pasar la noche juntos. Fourth sentía culpa en el fondo de su estómago por ser tan negligente con Prim, pero ella había estado demasiado ocupada en el hospital y dormía en el momento en que regresaba del trabajo. Eso, sin embargo, hacía poco por reducir su remordimiento.

Hoy, el sol se había puesto horas antes. La luna se alzaba en lo alto del cielo, poderosa en su aproximación para parecer tan dócil pero vigilante. Gemini le había sonreído a Fourth al verlo y rápidamente aumentó su excitación ante la idea de estar atado. Fourth lo había hecho de buena gana, o, mejor dicho, con entusiasmo.

"Bebé." Gemini declaró, necesitado, comenzando a masajear la próstata del chico con sus largos dedos, quien sintió que su cabeza se fulminaba de placer como si le hubieran encendido fuego en la boca del estómago. Los gemidos de Fourth se hicieron más fuertes y su respiración se hizo más entrecortada. Sus manos permanecieron en lo alto, tirando de sus ataduras, aunque era muy consciente de que las quería puestas. Ver solo oscuridad le hizo apreciar más el tacto, los dedos y la voz de Gemini.

"Ge-Gemini." Fourth gimió, mordiéndose el labio con tanta fuerza que se sintió mareado. "Dios- p-por favor-" Fourth soltó, desesperado.

Gemini lo calló suavemente. "Eres hermoso así" le dijo, inclinándose a besar su pecho, viendo como sus muslos se apretaban y sus piernas se levantaban involuntariamente ante los pequeños círculos que Gemini hacía en su próstata. "Que fascinante es verte tan complaciente en mis manos. Estás listo para darme todo" dijo Gemini, asombrado. "Me has dejado llevar al borde tus sentidos. ¿Confías en mí para hacerte el amor, mi amor?"

"Si." Fourth exhaló. "Lo disfruto... I-inmensamente. Cuando- cuando tomas el control de mí. Tócame más, por favor. Lo anhelo." Fourth dijo con los labios húmedos. Gemini presionó otro beso en sus labios abiertos.

Sacó los dedos de su interior, sosteniendo ambos lados de sus muslos y los levantó, empujando su miembro hacia adentro con bastante rapidez. Fourth soltó gritos, su sonrojo recordándole a Gemini la primavera. Su pálido cuerpo como la luna se retorcía contra las sábanas mientras Gemini lo cogía hasta el fondo.

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