12

164 16 3
                                    

Prim miraba por la ventana, con sus pies colgando desde el balcón. Su cabello estaba un poco desordenado, cayendo en largos rizos sobre sus pequeños hombros. Se aplicó una capa de esmalte de uñas rosa en su última uña y tarareó para sí misma, encantada al ver que se posaba perfectamente en su cutícula.

Prim de repente escuchó un jadeo suave y miró hacia la calle desde su balcón, sintiendo curiosidad al ver a una pareja. Una mujer, tal vez de su edad o un poco mayor con cabello rubio corto, y con ella, un hombre alto, guapo, con su cabello negro peinado hacia atrás. Llevaba una camisa ajustada que marcaba sus evidentes músculos y pantalones altos.

"Te amo, Diane, lo sabes". Él dijo con su voz rasposa, y la mujer se rió alegre, besando la mejilla del hombre. El estiró la mano y le entregó una rosa. La mujer con el pelo rubio corto sonrió, tomando la rosa, sonrojada. "¿Por qué eres tan romántico?" Ella dijo, y el hombre sonrió.

Prim tan solo miró desde su balcón, encontrando la situación tan íntima y romántica. Suspiró para sí misma, viendo a la pareja irse por el camino, tomados de la mano, ambos riendo juntos y contentos. Prim dejó su esmalte de uñas y miró hacia el interior desde el balcón, viendo a Fourth sentado en el sofá, leyendo una novela.

Prim se puso de pie, acercándose a su esposo, viendo la gran camisa blanca que tenía puesta caer por uno de sus hombros, dejando al descubierto su omóplato y su clavícula. Prim tarareó, parándose frente a él, pero el chico ni siquiera la miró.

"Fourth" dijo Prim, y el chico levantó la vista de su libro casi con dolor. "Tengamos una cita."

Fourth se echó a reír, y luego tarareó, volviendo la vista a su libro. "Hace mucho frío".

"Oh, pero" comenzó a decir Prim suspirando, mirando por la ventana. "Es febrero, es el mes del romance, ¿no? Se acerca el día de San Valentín. Salgamos a dar un paseo en bote. Podemos comer pasteles de la pequeña pastelería que está en la orilla. ¿No suena fascinante?" Prim preguntó.

"Hace mucho frío" dijo Fourth nuevamente, mirando su libro.

Prim sintió sus hombros caer, sentándose a su lado, mordiéndose el labio y recordando cómo ese hombre musculoso de antes en la calle parecía dispuesto a bajarle la luna a esa mujer. Ah, y qué guapo era: hombros anchos, pecho firme, bigote, ojos oscuros, cabello liso.

Prim observó cómo Fourth doblaba las rodillas contra su pecho y jugaba con sus pies, como se mordía el labio inferior, embelesado con su libro, con los ojos muy abiertos y brillantes. Él se rió para sí mismo, llevando un dedo a jugar con los mechones de su cabello.

Prim volteó hacia un lado y encontró una revista que compró antes sobre la mesa de café. La tomó y pasó las páginas, finalmente deteniéndose en una. Era una foto de Audrey Hepburn. Se veía hermosa, con el pelo recogido en un moño, los labios rojos y los ojos grandes.

"Qué hermosa" comentó Prim, sintiendo una presencia. Se dio la vuelta un poco y vio a Fourth mirando la revista con sus grandes ojos. Él tarareó un poco, luciendo sorprendido. "Sí, mucho."

"¿Verdad que sí? Sabes, vi este mismo vestido en una tienda la otra-" comenzó a decir Prim, pero Fourth puso las yemas de sus dedos en la página de la revista, presionando una vieja foto de James Dean.

Prim miró confundida cuando Fourth inclinó la cabeza y suspiró. "Muy guapo." Fourth ronroneó y luego se mordió el labio. "Todo un chico malo ¿verdad? Tiene una mirada tan asesina" comentó con la boca un poco abierta, perdido en sus pensamientos.

Prim asintió, ignorando su confusión y continuó hojeando las páginas de la revista. Llegó a otra página y luego escuchó un gruñido. "Ese rosa realmente no va con su color de piel, ¿no crees? Se vería mucho mejor en un tono más claro, quizá un color durazno" Dijo Fourth y Prim lo miró de nuevo.

somebody to love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora