Capítulo 13

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En mi mente volví a ser una niña consentida que su hermano mayor sobreprotegia, pero que molestada casi al mismo grado. Volví a esos momentos en los que éramos unos críos, donde jugábamos y peleábamos, pero nos amábamos como si fuéramos uno. 

Esto se siente como un sueño del que no quiero despertar. 

¿Alguna vez han estado en situaciones tan irreales y sienten que lo que viven es un sueño?

Si lo han sentido, pueden comprender cómo me encontraba o al menos como me sentía. 

-No puedo creerlo. -Oi que decía mi hermano repetidas veces aun estando aferrada a él.

No me quería despegar de él, de hecho cada vez me agarraba mas de él. 

- Pensé que jamas te volvería a ver. - Revele uno de mis mayores miedos en voz alta. 

Él me abrazo aun más fuerte, como diciendo "estoy aquí". 

- Te extrañe mucho enana. -dijo con su voz rota. 

- Yo también marmota. - mi voz sonaba fatal, pero no me importaba. 

Después de lo que parecieron minutos, nos separamos un poco y note que había mojado su camisa. 

-Lo siento, moje tú camisa. - Toque el lugar, pero en mi mente también fue para asegurarme de que no era un sueño. 

- No te preocupes por eso. -sus ojos estaban rojos. - Creo que es lo que menos importa en este momento. -medio sonrió. 

  -¿Cómo es que estas acá? - le pregunte.

- ¿En serio? ¿Después de tanto tiempo ni un que bien te ves? - pregunto dramático, obviamente en broma. 

Lo mire feliz y se me salieron otro par de lagrimas. 

Él las retiro suavemente con su mano y dejo su mano en mi mejilla. 

- Es una larga historia enana y estoy trabajando. -miro alrededor un poco preocupado. -Salgo en dos horas, ¿esperas por mí? - Hizo un puchero muy familiar.

-Ni siquiera tienes que preguntarlo.- lo abrace de nuevo con fuerza.

Joder, se sentía tan bien después de tantos años. No era incomodo o extraño, de hecho sentía un calor en mi corazón muy agradable. 

-Alejandro, no son horas de visita. -dijo una voz muy fuerte a nuestras espaldas.

-Disculpe señor... -no alcanzo a decir más, ya que el señor lo jalo bruscamente y me hizo trastabillar.

Este hijo de su...

-Nada de nada muchacho, ni pienses que te puedes dar lujos de hacer visita cuando tienes comensales importantes. -dijo señalando a la mesa en la que estaban mis amigos. - Despídete de tu amiguita y sácala por la puerta trasera.

Espera...

¿Qué acaba de decir?

Hijo de su madre.

Pude ver cómo Elijah se levantaba de la silla molesto, era obvio que no le había hecho gracia el comentario dirigido a mi persona. Ademas, todos estábamos con una vestimenta relajada y tal vez por mi aspecto de llorona el señor pensó que no venia con ellos, pero no era excusa.

-Ella no debe salir por la puerta de atrás. -dijo serio Elijah.

-Señor, disculpe los inconvenientes pero ya me encargo de la situación. - dijo el señor, ahora empujándome hacia una puerta alejada de todos.

Me pare abruptamente y sin pensarlo le pegue un puño en la cara al tipo.

Había practicado kick boxing en la universidad, sabia golpear, pero mas que todo era par protegerme. 

Virgen a los treintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora