E. 10

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|30 de mayo|

Bill;

- ¡Madison!-. La llamé, de alguna manera quería y necesitaba ir al baño.- ¡Madison ven aquí!.

Cansado de llamar a la castaña, como pude me tire al suelo, si, estoy un poco loco...o demasiado, pero no quería que mi pantalón de mi pijama se mojase.

Claramente no quería que eso pasara, que gran vergüenza, madison me haría burla de alguna manera, la conozco, y mucho.

Entonces, así como pude trepé en mi silla, avanzando y abriendo la puerta de mi habitación, yendo dirección al baño. Normalmente hice mis necesidades y también cepillé mis dientes y lime mis colmillos, ¿Cómo le diria a madison de que yo era un vampiro?.

Meh, se enterará quizá después, en ese caso espero que no huya de mi...yo no creo que lo haga, pues a la final, yo no puedo obligarla a quedarse junto a un vampiro enamorado de ella, ¿Verdad?.

Abrí cuidadosamente la puerta de su habitación, y con cuidado ví que mi silla no topase con la puerta, no quería que escuchará, o algo por estilo...quería entrar, coger una almohada y tras, si, ponérsela en la cara, nah mentira.

- ¿Que haces aquí?-. Y vaya sorpresa, la chica estaba bien despierta y andando en su celular, no pues, uno puede estar muriendo de un paro y ella campante.

- Buenos días ¿No?, mal educada-. Me acerque con la silla, maldita sea no poder caminar.

- Si, buenos días demacrado...¿Qué deseas?-. Apagó el móvil.

- ¿Demacrado?, está bien, está bien...quiero desayunar.

- Estás muy pálido eh, no te ofendas, estoy hablando con la verdad y bueno, parece que no has tomado agua.

- No, está bien-. Sonreí.- es bueno saber cómo me ves, quiero desayunar maddie.

- Yo quiero seguir durmiendo-. Se estiró para luego ponerse de pie y agarrar los mangos de empuje, dejándome fuera de mi habitación.- cocinare algo, pero para que se me haga mas facil bajar contigo, por favor, no reniegues y usa las muletas.

- De acuerdo, las usaré-. Asentí.

La vi entrar a mi habitación y salir por las mismas, pero con las muletas en sus manos, ahora sí mi maddie me ayudaría a parar, era tan linda enserio, y por cierto, muy pero muy fuerte.

Yo sé de quien me enamore la verdad, pero bien, sin ponernos sentimentales, ella me sostuvo fuerte y ayudándome a bajar, luego fuimos a la cocina, yo le dije que me dejará caminar solo porque si ella me ayudaba siempre yo no iba a dar ni para delante ni para atrás.

Finalmente me senté cerca del mesón y ella se arrimó en la parte contraria, o sea, frente a mi con una sonrisa genuina y haciéndome un ademán.

- ¿Qué deseas comer?.

- Mmh, creo que lo he pensado...tal vez, ¿Una taza de chocolate con pancakes?.

- Suena bien-. Ladeó la cabeza.- pero no quieres mejor ¿Chocolate con pan y huevo revuelto?.

- Huh, eso suena mejor, ¡Si si si!, eso.

𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐎; 𝓑𝓴. 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora