E. 15

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Narrador;

A si que, ¿Este greñudo eres tú?–. Elevó la vista la castaña, teniendo entre sus manos y muslos un álbum.

— ¡Sip!–. Soltó feliz.– ¿Muy guapo, cierto?.

— Bien...–. Entrecerró sus ojos, poco dudosa.– a decir verdad, atractivo...pero.

— ¿Pero qué...?–. Siseó el pelinegro, mirándola con atisbo.

— Es que, te ves diferente...como el que está en esta foto–. Señalo arrastrando su muñeca hacía la foto indicada.– de veras que tan diferente.

— Ahh–. Su cabeza se movió levemente, no como si estuviese asintiendo, de otra manera.– bueno, eso fue cuando...pues, cuando era adolescente.

— ¿Cuando tenías ciento veintiocho años?–. Sonrió a media.

— ¿Cómo...cómo lo sabes?–. Tartamudeó sin querer ante la sorpresa y la aprobación de edad y, por supuesto, ante el miedo.

— Sabiendo–. Cerró el álbum, regalando le una sonrisa y dejándolo desconcertado, madison se levantó del sofá. Queriendo salir corriendo por lo que había soltado, ¿Acaso no actuaría normal?.

— No–. Negó levanto se para seguir su paso, y antes de que la castaña tomase rumbo a la entrada de la cocina, el pelinegro de bill la detuvo agarrándola de la muñeca.

— ¿Qué pasa?.

— Dime, ¿Cómo sabes aquello?, ¿Eh?–. Y de repente, aumento la presión en su agarre, sin lastimar le claramente.

— Yo, debo ir por un vaso de agua...sólo necesito que me sueltes–. Sonó nerviosa, pero a la vez como si estuviese negándose a decirle.

— ¿Un vaso de agua?, acabas de tomar uno–. Elevó una de sus cejas.– mira, me dices ahora.

— Suéltame bill, ni siquiera tengo ganas de mandarte al diablo, así que por favor.

Se negó a soltar la, para luego trepar la sobre su hombro y recostar la en el sofá, trepando se a ahorcadas sobre ella y llevándole las manos por encima de la cabeza, uniéndose las y sosteniéndose las con fuerza, regalando le una sonrisa burlona pero con cierto toque serio y curioso por saber.

Ella frunció el ceño ante el repentino acto, sabiendo que la noche anterior cuando bill la beso lo mando a patadas de su cuarto, para llamar a julia y contarle lo sucedido, no tenía que mentir porque le habia encantado, y hasta ahora, no le parecía extraño.

— Que haces–. Se rio, la posición era poco graciosa para madison y no le molestaba que bill le sostuviera las muñecas de esa manera.

— Madison, te estoy hablando en serio...cuéntame de una maldita vez que sabes.

— Solo solté ese cantidad al alzar, ¿Por qué tan sorprendido, cariño?–. Elevó los hombros con dificultad, a la mierda todo.

— ¿Cariño?–. Nuevamente bill volvió a sorprenderse, ¿Como así no por bill?.– no me vengas con tus jueguitos, ya se que me quieres mandar al diablo, habla de una vez bicho raro.

— Ay bueno, bueno–. Puso los ojos en blancos, lista para confesar lo poco que sabía.– te he recordado un poco, ¿Okay?.

— ¿De verdad?–. Bill esbozó una sonrisa esperanzada, acercándose a su rostro.– ¿Y cómo que, cielo?.

𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐎; 𝓑𝓴. 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora