Dain.
Después de la sesión de besos que nos dimos ayer Annie y yo mi humor a mejorado un 2% y eso tiende a ser muchísimo en mi estándar, aunque esta el asunto de Gabor y las personas para las que trabaja —distribuye sustancias —, no soy ningún idiota como para no saber que esas personas son peligrosas, es por eso, que he tratado de llevarme las cosas con calma.
También es estado bastante distraído creando algunos software y hardware para poner en el mercado, la gente paga un pastizal por tecnología de primera calidad y con un poco de suerte dejar de depender económicamente de mis padres.
Vuelvo a centrarme en el tema de Gabor y todo lo que he encontrado ahora son algunos tipos con algunos delitos por distribución, acoso, extorsión y exconvictos. Me he asegurado de rastrear hasta el secreto más oscuro de la vida de todos y cada uno de esos desechos humanos y exponerlos ante todos.
Sus cuentas bancarias —los que tenían—las he vaciando y el dinero lo he donado a fundaciones para la preservación de las tortugas, la esterilización de gatos y perros. La última cuenta fue destinada a una fundación que protege a mujeres que han sufrido violencia tanto física como psicológica.
Estaba dispuesto a dar con ese cabrón pero para eso necesitaría toda la información posible, la información es poder y ahora mismo me conformaba con ir quitando del camino a esos excrementos de seres humanos.
Se que hasta ahora ninguno de esos pobres diablos no eran nada comparado con las cabecillas de todo esto —porque estoy convencido de que esto es algo grande— sin embargo me he asegurado de que sea imposible rastrearme, soy muy bueno escondiendo mis huellas.
**
El teléfono suena a la distancia pero se que es mamá por lo que lo ignoro y decido darme una ducha o me volveré loco. El agua cae sobre mi cuerpo helada y me da en la espalda y la cabeza. Cierro los ojos un momento y solo puedo visualizarla a ella. Mi piel se siente caliente de solo pensarla pese al agua fría cayendo sobre mi cuerpo.
Estoy convencido que solo es deseo lo que siento por ella… Pero nunca he deseado a nadie con tanta fuerza como a ella y me odio por eso.
No se que me está pasando, se perfectamente que no me puedo permitir tontear con alguien que me atrae de esa manera —no con ella— pero esta condenada mujer ha acampado en mi cabeza y parece que no tiene intenciones de irse a ningún lado pronto.
De pronto viene a mi las imágenes de nuestro besuqueo: Annie ruborizada hasta los huesos, con sus bonitos ojos —azules o ¿grises? —dilatados, los labios hinchados por la intensidad de los besos.
Y, es que, demonios podría hacerme adicto a besarla. Es como si me encontrara en un desierto muerto de sed y ella fuera todo lo que necesito para sobrevivir.
Sacudo la cabeza en una negativa permaneciendo en el chorro de agua un poco más intentando que las sensaciones abrumadoras con lo referente a Annie se vayan.
Salgo del baño solo cuando siento que vuelvo hacer una persona —más o menos — normal, me pongo unos pantalones deportivos, una camisa básica mangas largas y tomo mis lentes.
Una vez que tomo mi teléfono me debato entre si será buena idea mandarle un mensaje a la chica que por todo el jodido infierno no puedo sacarme de la cabeza. Escribo y borro el mensaje tantas veces que me da vergüenza, estoy por guardar mi teléfono cuando suena en mi mano haciendo que mi corazón se salte un latido pero no puedo evitar sentir decepción al ver di quien se trata.
La irritación se abre paso en mi interior tan rápido que estoy tentado a lanzar el teléfono tan lejos de mi como sea posible.
No dejara de llamar hasta que contestes. Me dice mi subconsciente y aprieto la mandíbula por que se que tiene razón.
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Casi Algo
Teen FictionEl amor suele ser aterrador e impredecible. Muchas veces tratamos desesperadamente se huir de el y este se empeña de mantenerse con nosotros de manera aterradora. Por qué mientras más rehuimos de el, este más presente se hace y es que muchos piensas...