6. Insistente.

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Annie.

Camino por el campus con la cabeza en alto y el corazón hecho un manojo de sentimientos extraños que no me permiten hacer otra cosa más que repetir en mi cabeza una y otra vez las cosas que me acaba de decir Dain hace unos momento.

No se que es lo que esperaba exactamente que pasara luego de que ignoro durante dos semanas, pero claramente no era esto, Supongo que una parte de mi —esa que es soñadora y enamoradiza — esperaba que todo tuviera una explicación, que me demostrará que todo eso que dicen por ahí no eran más que rumores de mal gusto.

Pero la realidad es que Dain es un imbécil, que jamás se tomó la molestia de mandarme un mensaje para no quedarme esperando por él.

Estoy decepcionada. Herida en un modo que jamás creí que alguien al que no conozco de nada pudiera lastimarme. Aprieto el libro que sostengo con el brazo derecho antes de apretar el paso tratando de evitar a las personas desperdigadas que se encuentran sentadas en las áreas verdes leyendo o simplemente pasando el rato antes de entrar a su siguiente clase.

Francamente, no se que es lo que me sorprende, si todo lo que he escuchado de él no son más que cosas malas, sabía perfectamente la clase de hombre que era, pero claro que la tonta de mi le dio el beneficio de la duda solo para que me gritara en la cara lo patética que era.

Eso te pasa por tonta. Me dice la vocecilla de mi cabeza y se que tiene razón, que no soy mas que una ilusa que creyó que tal vez todo lo que se dice por ahí era mentira.

Un suspiro se me escapa.

No pasa nada, no es el fin del mundo, no voy a dejar de respirar por lo que paso y si tengo algo de suerte no me lo volveré a encontrar otra vez. Cierro los ojos y me repito una vez más que debo dejar de actuar como si me hubiera ocurrido algo horrible porque no fue así, ni que besara tan bien.

<<Pero es que si besa bien…>>.

Ignoro por completo la molesta voz en mi cabeza, tomo una inspiración profunda solo para terminar de disipar la manera abrumadora en la que me siento. Trato de decirme que no pasa nada, que no merece la pena. Que Dain Campbell es otra clase de rufián pero rufián al fin.

**

La siguiente semana pasan como un auténtico calvario. Desde aquel día donde Dain me grito a la cara con todas sus letras que no era su tipo de mujer, no he podido darle paz al idiota de mi corazón, que esta empeñado en albergar esperanzas de que tal vez todo esto tenga una explicación y por lo tanto no he tenido más que pensamientos contradictorios donde mi cerebro —la voz de la razón —no a tenido ni un solo minutos de paz.

No he vuelto hablar con él, pero eso no quita que haya tenido la mala suerte de haberlo encontrado en el campus más de un par de veces, donde finge que no existo ignorando mi existencia de manera espectacular, tampoco es como si yo quiera saludarlo o algo. En todo caso he estado tratando de evitarlo desde que hace dos días cuando lo vi hurgando la boca de una chica de primer semestre mientras la empotraba contra un árbol.

Verlo besando a esa chica de la manera en la que lo estaba haciendo me hizo preguntarme si tal vez todo aquello que sentí cuando me beso a mi, solo fue algo que paso en mi cabeza, si todo lo que me dijo a susurro mientras lo hacía no fue más que una mala jugada de mi imaginación.

La vez si estoy exagerando.

Aún, con todos esos pensamientos contradictorios no he hecho más que tratar de avanzar en mi tesis y me he permitido sentir una emoción burbujeante en el pecho porque han aceptado que haga mis practicas en una editorial muy importante en Londres.

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